viernes, 3 de junio de 2016

Las banquetas de Cuajinicuilapa, en poder de comerciantes; las autoridades, ciegas, sordas e interesadas

Carlos Torres
Cuajinicuilapa, Gro.
3 de junio de 2016


Desde hace muchos años, las banquetas de las calles del centro de esta población han estado invadidas por comerciantes que en un principio eran fijos, pero que con el tiempo se han ido quedando en esos lugares hasta considerarlos ya como propios; y las autoridades no han atinado a liberarlas, incluso, en esta administración ha ocurrido algo inaudito: la dirección de Reglamentos da permisos a los comerciantes y vendedores para ocupar las banquetas.

La ciudadanía de Cuajinicuilapa se queja todos los días de que en la avenida principal, desde la calle 5 de mayo hasta la Morelos (5 calles) las banquetas no existen, pues están ocupadas, y tienen que caminar por la carretera, con el riesgo que ello conlleva.
A decir de algunos ciudadanos, todos los últimos gobiernos municipales han fracasado en regular el comercio aparentemente ambulante, y una de las razones que se tienen es que no existe una reglamentación.
La mayoría opina que se trata, sobre todo, de que el fracaso se debe a la falta de iniciativa de las autoridades para liberar las banquetas, pues estos comerciantes, y más los fines de semana, se niegan a dejar libre un centímetro de la banqueta en la avenida Cuauhtémoc y en la calle Chapultepec, en el mero centro del pueblo y en el propio zócalo.
Locatarios, semifijos y vendedores foráneos se han incrementado, posicionándose de las banquetas, con el consentimiento de las autoridades, pues a cada uno de ellos se les cobra entre 15 y 20 pesos cada vez.
Pero lo que más critican los ciudadanos es que muchos de ellos, con los años, han ido poniendo cimientos de concreto, tubos, láminas y otras cosas para utilizar las banquetas, dejando a los peatones sólo el recurso de caminar por la carretera.
No es justo, dicen ciudadanos, pues nosotros tenemos preferencia para caminar sobre la banqueta, porque también pagamos impuestos al municipio y porque para eso son las banquetas, no para que los comerciantes las ocupen, y piden, invariablemente, que las autoridades trabajen, hagan su papel y regulen esta desmedida ocupación de los comerciantes.
Un ciudadano criticó también que todos los días sí pasa el cobrador, Honorio Colón, a cobrar el peaje a los comerciantes foráneos que ocupan la banqueta, en tanto que el administrador del mercado no sólo cobra sino que se va cargado de mercancías a su casa, de las mismas que recolecta entre los comerciantes.
Otra queja que también tienen los ciudadanos es que ahora el director de Reglamentos, Gaspar Colón, se atreve a dar permiso por mucho tiempo a comerciantes para ocupar las banquetas, los cuales van a ponerse a veces en lugares que los propietarios de las casas utilizan para su servicio.
Un ciudadano cuestiona: ¿Cómo va a ser posible que la autoridad esté dando esos permisos, incluso por encima del derecho de uno como dueño de la casa? Ya ni uno ocupa la banqueta así o da permiso para eso. ¿Por qué la autoridad, en vez de meter orden y despejar las banquetas, se pone a dar permisos? ¿Qué es lo que está haciendo? Está mandando el mensaje a quienes actúan irregularmente y fuera de la ley que sí se puede, que cómo no, que para eso están las influencias.
Finalmente, existen ciudadanos que creen que esta situación está así porque el presidente Constantino García Cisneros no se ha dado cuenta de tantas irregularidades; otros, en cambio, aseguran que él también es cómplice, o cuando menos así lo dejan saber sus empleados.