martes, 21 de junio de 2016

Por amenazas, sacerdote abandonó Cochoapa, municipio de Ometepec; antes había abandonado Zacualpan

•Lo amenazaron de muerte porque les inculcaba buenos principios •Presumen que el amago de asesinarlo persiste, por eso se fue de Cochoapa.

Misael Damián
Ometepec, Gro.
21 de junio de 2016


Hasta antes de semana santa, el sacerdote Zabel Zacarías Melo Candela estaba tranquilo viviendo en Cochoapa, oficiando misas los domingos y días entre semana, las cuales le pedían los católicos, para celebrar bodas, quince años, días festivos, etc.; así mismo, acudía sin temor alguno a los anexos a prestar sus servicios religiosos, sin embargo esto cambió cuando recibió amenazas de muerte.

A decir del sacerdote Zacarías, como se le conoce en los pueblos, su delito pudo haber sido que en cada misa, al término, aconsejaba a los habitantes a que se unieran en los actos religiosos, que deben perdonar al prójimo y que, ya en los extremos, hay instancias correspondientes para que pudieran acordar y así evitar desgracias, como heridos o muertos, pero, ante el caso omiso, seguían los asesinatos, pero, igual, el presbítero seguía con sus consejos dominicales.
En entrevista, uno de los fieles, también dirigente comunitario, expuso que un día que estaba el sacerdote en la ciudad de Ometepec en una reunión, le avisaron que el que lo había amenazado de muerte iba por él a una casa particular, donde vivía con su secretario de nombre Chava, e inmediatamente dio aviso a éste para que abandonara el lugar, pero ya no le dio tiempo, por lo que fue golpeado salvajemente por el intruso.
Desde esa fecha el sacerdote abandonó el lugar y optó por vivir en la comunidad de Cochoapa, advirtiéndole a los zacualpeños que no regresaría; en Cochoapa estuvo hasta hace unos días, y en la población se comenta que se fue porque las amenazas siguieron y les advierten que “también van a matar quien esté con él”, dijo.
Este ciudadano recordó que cuando pasó el primer incidente, se refugió en Cochoapa; días después varias decenas de fieles de Zacualpan fueron a convencerlo para que regresara a su pueblo, pero rehusó a acceder, y fue entonces cuando el pueblo denunció los hechos en la Agencia del Ministerio Público; ello ocasionó que el denunciado abandonara la comunidad, dando confianza al clérigo, quien no regresó a vivir allí, pero sí iba a oficiar misas; sin embargo, esto se acabó luego de que el individuo regresó a la población y nuevamente empezaron las amenazas, y ante esto el sacerdote no sólo optó en ya no ir a Zacualpan, sino que también abandonó la comunidad de Cochoapa.
Trascendió que en unos días la iglesia católica enviará a un nuevo párroco para atender a las comunidades indígenas que abandonó el sacerdote Zacarías, por lo que los fieles tendrán que esperar hasta que llegue el nuevo clérigo para oficiar las misas o actos religiosos que luego solicitan, de acuerdo con sus creencias.