Redacción |
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
22 de junio de 2016
Bajo la premisa de que el gobierno prometido en campaña por el ahora presidente municipal, Constantino García Cisneros, sería un gobierno de paz y de orden, y que esta promesa no se ha cumplido, ciudadanos de Cuajinicuilapa denunciaron ante Diario Alternativo a dos funcionarios cercanos a él, el juez calificador y el secretario del Ayuntamiento, asegurando que éste es un gobierno que ‘jiede’ a corrupción.
Sobre el juez Rafael Silva Hernández y el secretario Jesús Omar Sánchez Medina (mejor conocido como ‘Churro’ y ‘El Licenciado Churro’) cotidianamente llueven denuncias de ciudadanos por tener una actuación corrupta y deshonesta, a quienes se les atribuye una serie de irregularidades e ilegalidades que van desde el tráfico de influencia hasta el fraude o robo, pasando por el fraude y el abuso de confianza.
A Sánchez Medina se le atribuyen actos de corrupción hacia la ciudadanía, cuando acuden a realizar algunos trámites administrativos, como las cartas de residencia y radicación que piden para solicitar el acceso a proyectos productivos, por ejemplo, a quienes les cobra por un trámite que es gratuito.
Otra de las acusaciones que se hacen a ‘El Licenciado Churro’ como funcionario público es que actúa de manera prepotente y déspota, que trata mal sobre todo a las personas que no votaron por su jefe y amigo, el presidente Constantino García, y, en cambio, a ‘su gente’ les da buen trato y hasta le condona los pagos que deberían hacer.
Hay quien opina que, de este modo, el secretario del Ayuntamiento está haciendo quedar mal, que desprestigia a García Cisneros, aunque otras personas opinan que, en realidad, a él lo utiliza el presidente para deshacerse de personas que ‘lo molestan’ al acudir a gestionar ante él alguna obra o acción del gobierno municipal y no quiere recibirlas o cumplirles alguna promesa.
Sin embargo, es recurrente que varios ciudadanos aseguren que Sánchez Medina, en vez de arreglar los problemas de las personas que recurren al Ayuntamiento, les cobra alguna cantidad por la gestión y hasta se dedique a enamorar a algunas mujeres que acuden a hacer algún trámite o similar.
En el caso del juez calificador, que funge como auxiliar de la síndica procuradora Josefa Villarreal Baños, además de ostentarse como el asesor del Ayuntamiento, estos ciudadanos dijeron que él envuelve a quienes acuden a buscar la solución a algún problema y que no les resuelve, y se los lleva a puros engaños, diciéndoles que la síndica no se encuentra o inventándoles puros chismes, cuando la síndica sí se encuentra en su oficina.
Rafael Silva está acusado por varios ciudadanos por hacer todo tipo de trámite de documentos a espaldas de la síndica, pues sin darse cuenta ella de esos asuntos, él hace sus arreglos, varios de los cuales ya le han sido descubiertos, al grado de que ella se ha estado negando a firmar cualquier papel o a ponerle su sello últimamente.
Es decir, explican, el juez calificador abusa de la confianza de la síndica, aprovechándose de que ella no conoce de leyes, pero él la trata de ‘tía’ para poder ablandarla y sacarle la firma, aprovechando que tienen parentesco, y lo que en realidad quiere es obtener la firma pues ya cobró ‘por el favor’.
Los denunciantes aseguran que Rafael Silva, quien presume su cercanía con el presidente, al actuar corruptamente está abusando también del cargo que éste le dio, que ‘le está viendo la cara’ al mero presidente.
Y recordaron que hace unos días este juez calificador dejó en libertad a unos presuntos implicados en el robo de una vaca, cuando él tenía la obligación y la responsabilidad de ponerlos a disposición del Ministerio Público y no lo hizo.
Finalmente, ambos han sido acusado ambos de protagonizar enfrentamientos verbales con el hijo de la síndica, así como también con el secretario de Seguridad Pública municipal, Ignacio Guillermo Peláez Mier, por obstruir la justicia al actuar con influyentismo y estar bloqueando a la sindicatura.
La pregunta obligada que se hacen estos quejosos es: ¿Es éste el gobierno de orden y paz de Constantino García Cisneros, que huele a pura corrupción?