SEGUNDA DE 3 PARTES
*Sirvió de caja chica del PT
Eduardo Añorve
Ometepec, Gro.
28 de junio de 2016
En esta segunda parte de la
entrevista, Efrén Balanzar narra algunas de las experiencias políticas que
vivió la URECCH, particularmente al integrarse al Partido del Trabajo (PT) y la
debacle de la organización.
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EA: Regresemos.
Estábamos que en 2004 hubo un cambio, ¿qué pasó?
EBG:
No supimos, digamos, descifrar y caminar el asunto, porque participamos en un
proceso en el 91, la primera vez que participamos electoralmente, participamos
en el 88, cuando lo de Cuauhtémoc Cárdenas, pero como que hubo una alianza de
facto con la ACNR... el profesor Eloy y compañía, Miguel Guillén, Saúl López
Solano... una alianza de facto. Pero, como te digo, teníamos muchas diferencias
de carácter político y de carácter ideológico, por supuesto. Entonces, pues,
cuando se vino la negociación del 88, nosotros... bueno, se vino la posibilidad
de negociar, pero ellos dijeron que la voluntad popular no era negociable... en
su momento, cuando, cuando se podía negociar. Después de que ya se vinieron los
madrazos y de que ya estaban madreados, entonces sí querían negociar, pero ya
no era el momento. ¿Ya con qué negociamos?
Y nosotros nos dimos cuenta que,
inclusive, andaban diciendo que aunque sea una regiduría les dieran, cuando
pudieron haber tenido la mitad de las regidurías. Entonces, echaron a perder
todo el capital político que tenían, porque sí había una fuera importante.
Entonces nosotros entramos en conflicto allí, y decidimos no agarrar el toro
por los cuernos; teníamos fuerza para hacerlo, teníamos fuerza, teníamos
visión, teníamos estrategia, táctica, pero no quisimos entrarle porque
sentíamos que el movimiento se iba a debilitar, y no queríamos ser los
responsables de esa debilidad, de ese movimiento; entonces, decidimos mejor
retirarnos, y fue un error fatal porque después ya no... ya nuestra gente ya se
había quedado allá, ya no...
Después nosotros le entramos al PT.
Ahora te digo que también fue un error haberse ido al PT; incluso, yo fui su
candidato en el 91. Sacamos buena votación; incluso aquí, a nivel regional
quedamos como tercera fuerza. Con poquitos votos, a comparación de los grandes.
Por ejemplo, Ángel Aguirre... fue la primera vez que se lanzó a la diputación;
yo fui por parte del PT y Eloy Cisneros por parte del PRD. Ángel Aguirre sacó
algo así como 35 mil votos, Eloy Cisneros sacó 12 mil y yo saqué como mil 200
votos, por encima de toda la chiquillada que había: PST, PPS, PARM... y toda la
chiquillada que había ese tiempo... el Frente Cardenista, que le decían ‘El
Ferrocarril’...
Digo, para ser la primera vez, fue
buen resultado. Nuestra fuerza se dividió en dos distritos, ¿verdad? Porque
estábamos en la parte del Distrito V, que se iba a Tlapa, y el VI, que era esta
parte de aquí, pero de acá, del VI, solamente teníamos injerencia, digamos, de
Juchitán para acá, pero, ya para allá [risas], ya no. Entonces, se diluyó la
fuerza, y el compañero que fue por parte de aquel Distrito sacó... no sé...
alrededor de 7 mil, 8 mil votos; y de acá, de mi parte, saqué nada más mil 200
votos. Y allí quedó. Después de entonces yo me retiré también, porque el
acuerdo era de que solamente era por coyuntura, el asunto de entrarle al asunto
electoral. Yo me retiré, pero los demás compañeros de aquí, de la URECCH,
permanecieron en el PT, y hasta la fecha sigue el PT en Ometepec gracias a esa
participación.
EA: ¿Ellos
siguen en el PT?
EBG:
Siguen en el PT, que son los que tienen la relación... la gente que era de Rey
Hernández...
EA: ¿Y
la URECCH?, ¿quién se quedó allí?
EBG:
Era parte de eso mismo, y después la URECCH se convirtió en la caja chica del
PT. Y entonces, ahora sí que había una buena lana, había una buena lana. Yo me
acuerdo que cuando... más bien, no me acuerdo, sino que, revisando los
documentos de la URECCH, el acta constitutiva, y solamente hay, en los
registros de los cambios del consejo de administración, que es donde se daban
informes, cortes de caja y todo eso, del manejo que se tenía. Cuando se
constituye no tenía nada; en el primer cambio que se hizo, de la Unión, que fue
en el 84, no tenía ni un peso, solamente fue el cambio de estafeta, y entró el
compañero Gorgonio.
El compañero Gorgonio logró gestionar
apoyos y bajar recursos por el orden de los 500 millones de pesos de aquel
tiempo, y cuando le entrega al compañero Adolfo, que fue en el 91, entregó 750
millones. Pero resulta que los archivos de la URECCH no existen, aquí no hay
archivos; o sea, toda la memoria se ha perdido, se perdió. Yo supongo que hay
una mano negra que mece la cuna, como quien dice, y que fueron perdidos a
propósito, porque, en el Registro Agrario Nacional, que es donde todos los
cambios se registran, allí debería estar, pero tampoco hay nada, ¿sí? Entonces,
allí hay una doble sospecha, porque no hay aquí ni hay allá. Lo único que hay
es cuando el compañero [Adolfo] recibió. Y cuando él entregó, a Leonel García,
no hay nada; cuando Leonel le entrega a Rey, tampoco hay nada; cuando Rey le
entrega a Ramiro, que fue el último presidente, no existen documentos. A eso es
lo que llama el Registro Agrario el tracto sucesorio.
Entonces, no podemos saber, no
sabemos dónde quedó. Cuando pasó eso... yo me retiré de aquí, de la URECCH, en
el año 99, me retiré... ¿En qué año entraste tú, Adolfo? Parece que entró él en
el noventa y... No lo recuerdo, pero allí tenemos el acta. Cuando él entró, yo
me retiré, porque estábamos dando todo, estábamos de tiempo completo, ya
llevábamos varios años trabajando y estábamos haciendo rica a la organización,
pero en lo personal estábamos en la calle [risas]. Entonces yo pedí como que un
respiro para irme a chambear un tiempo y hacerme una lanita y, después, a la
mejor seguirle, ¿no? Era mi intención, incluso salí de aquí, de Ometepec...
¡ah!, fue en el 91 justamente, cuando ya andaba yo para irme a Cuernavaca como
gerente del Banrural, una sucursal A, le llamaban ellos, y ya no me fui. Fue
precisamente en el 91 porque fue la coyuntura electoral, que llegó el PT por
primera vez, y yo fui su candidato, y ya no me dejaron ir los compañeros, y,
pues, yo, por tratar de ser consecuente con lo que yo hacía y decía... los
compañeros prácticamente me impusieron la candidatura, y no tuve más que
aceptar, entrarle ya nomás de trámite, porque nomás hice como 20 días de
campaña, ¿sí? Y ése fue el resultado que te digo que hubo.
Y a partir de allí yo me retiré. Me
acuerdo que los compañeros... por la cuestión de que yo ya tenía chamba para
irme a trabajar y la dejé perder... los compañeros que andaban administrando el
asunto del PT me apoyaron con una lana, 8 millones de pesos de aquel tiempo, y
con eso pusimos... nos hicimos cargo de la tienda que tenía la organización;
tenía un tienda, que la abrimos allá en el 88, y para el 91 nos apoyaron con la
tienda para que de allí nos alivianáramos un poquito, y aparte me dieron 8
millones para meterle, pero de los de aquellos, para meterle al negocio, y lo
levantamos... que es la tienda campesina. No sé si la oíste mentar alguna vez,
que es donde estuvo mi esposa mucho tiempo, y por eso es muy conocida ella
aquí, porque teníamos una tienda donde dábamos los mejores precios de la
región, no solamente de Ometepec. Venía gente desde Cuaji a comprarnos, de
Azoyú, de Marquelia, de Juchitán. Iban y nos compraban de mayoreo. Y fue que
nos levantamos económicamente, nosotros, con ese negocio, esa tienda.
Y ya
estando aquí, en el 2010, yo ya me había desafanado totalmente de la
organización, pero varios compañeros, unos compañeros de Xochis, otros de acá,
de San Cristóbal, de Tlacuache, vinieron a ver aquí, al compañero Adolfo,
porque la organización ya estaba abandonada, no había quién... aquí, todo
destrampado, sin puertas, un basurero. Ya había muchos indigentes que se metían
a dormir aquí, y no había quién se parara al frente. Fue en el 2010, ya estaba
descabezada la organización, la abandonaron totalmente. Aquí había un grupo de
estudiantes que eran hijos... que venían y dormían aquí... eran hijos de
campesinos y pedían permiso aquí, y se venían, cuando estaba el consejo de
administración. Pero, después, ya nomás llegaban, entraban, salían y... Era una
especie ya de antro aquí, porque hasta se mariguaneaban los chamacos.
Entonces, alguien vino y vio así, muy feo, y no lo dejaron
ni entrar. Quería ir al baño y no lo dejaron pasar. Y entonces ese compañero ya
vio a otro, y vieron a otro, y, se encontraban allá en la calle: ‘Oye, la
organización... que cómo es posible que vaya a quedar eso así’, y entonces vino
un equipo de compañeros a ver al compañero Adolfo. El compañero Adolfo les
dijo: ‘Yo le entro, pero si le entra Efrén’. O sea, yo. Ya, de allí me fueron a
ver a mí también, y entonces yo les digo: ‘Vamos a ver a Adolfo y vamos a
platicar. Si él también le va a entrar, pues le entramos’. Y mira, aquí
estamos, todo lo demás se retiraron y nosotros somos los que permanecimos aquí.
Él, yo y un compañero de Piedra Boluda, que se llama Pedro Flores Martínez.
Somos los que sacamos adelante, estamos sacando adelante esto ahorita.