jueves, 30 de junio de 2016

La nueva URECCH: En 2010, estaba descabezada; la estamos sacando adelante ahorita

Entrevista con Efrén Balanzar

SEGUNDA DE 3 PARTES

*Sirvió de caja chica del PT




Eduardo Añorve
Ometepec, Gro.
28 de junio de 2016

En esta segunda parte de la entrevista, Efrén Balanzar narra algunas de las experiencias políticas que vivió la URECCH, particularmente al integrarse al Partido del Trabajo (PT) y la debacle de la organización.
EA: Regresemos. Estábamos que en 2004 hubo un cambio, ¿qué pasó?

EBG: No supimos, digamos, descifrar y caminar el asunto, porque participamos en un proceso en el 91, la primera vez que participamos electoralmente, participamos en el 88, cuando lo de Cuauhtémoc Cárdenas, pero como que hubo una alianza de facto con la ACNR... el profesor Eloy y compañía, Miguel Guillén, Saúl López Solano... una alianza de facto. Pero, como te digo, teníamos muchas diferencias de carácter político y de carácter ideológico, por supuesto. Entonces, pues, cuando se vino la negociación del 88, nosotros... bueno, se vino la posibilidad de negociar, pero ellos dijeron que la voluntad popular no era negociable... en su momento, cuando, cuando se podía negociar. Después de que ya se vinieron los madrazos y de que ya estaban madreados, entonces sí querían negociar, pero ya no era el momento. ¿Ya con qué negociamos?
Y nosotros nos dimos cuenta que, inclusive, andaban diciendo que aunque sea una regiduría les dieran, cuando pudieron haber tenido la mitad de las regidurías. Entonces, echaron a perder todo el capital político que tenían, porque sí había una fuera importante. Entonces nosotros entramos en conflicto allí, y decidimos no agarrar el toro por los cuernos; teníamos fuerza para hacerlo, teníamos fuerza, teníamos visión, teníamos estrategia, táctica, pero no quisimos entrarle porque sentíamos que el movimiento se iba a debilitar, y no queríamos ser los responsables de esa debilidad, de ese movimiento; entonces, decidimos mejor retirarnos, y fue un error fatal porque después ya no... ya nuestra gente ya se había quedado allá, ya no...
Después nosotros le entramos al PT. Ahora te digo que también fue un error haberse ido al PT; incluso, yo fui su candidato en el 91. Sacamos buena votación; incluso aquí, a nivel regional quedamos como tercera fuerza. Con poquitos votos, a comparación de los grandes. Por ejemplo, Ángel Aguirre... fue la primera vez que se lanzó a la diputación; yo fui por parte del PT y Eloy Cisneros por parte del PRD. Ángel Aguirre sacó algo así como 35 mil votos, Eloy Cisneros sacó 12 mil y yo saqué como mil 200 votos, por encima de toda la chiquillada que había: PST, PPS, PARM... y toda la chiquillada que había ese tiempo... el Frente Cardenista, que le decían ‘El Ferrocarril’...
Digo, para ser la primera vez, fue buen resultado. Nuestra fuerza se dividió en dos distritos, ¿verdad? Porque estábamos en la parte del Distrito V, que se iba a Tlapa, y el VI, que era esta parte de aquí, pero de acá, del VI, solamente teníamos injerencia, digamos, de Juchitán para acá, pero, ya para allá [risas], ya no. Entonces, se diluyó la fuerza, y el compañero que fue por parte de aquel Distrito sacó... no sé... alrededor de 7 mil, 8 mil votos; y de acá, de mi parte, saqué nada más mil 200 votos. Y allí quedó. Después de entonces yo me retiré también, porque el acuerdo era de que solamente era por coyuntura, el asunto de entrarle al asunto electoral. Yo me retiré, pero los demás compañeros de aquí, de la URECCH, permanecieron en el PT, y hasta la fecha sigue el PT en Ometepec gracias a esa participación.
EA: ¿Ellos siguen en el PT?
EBG: Siguen en el PT, que son los que tienen la relación... la gente que era de Rey Hernández...
EA: ¿Y la URECCH?, ¿quién se quedó allí?
EBG: Era parte de eso mismo, y después la URECCH se convirtió en la caja chica del PT. Y entonces, ahora sí que había una buena lana, había una buena lana. Yo me acuerdo que cuando... más bien, no me acuerdo, sino que, revisando los documentos de la URECCH, el acta constitutiva, y solamente hay, en los registros de los cambios del consejo de administración, que es donde se daban informes, cortes de caja y todo eso, del manejo que se tenía. Cuando se constituye no tenía nada; en el primer cambio que se hizo, de la Unión, que fue en el 84, no tenía ni un peso, solamente fue el cambio de estafeta, y entró el compañero Gorgonio.
El compañero Gorgonio logró gestionar apoyos y bajar recursos por el orden de los 500 millones de pesos de aquel tiempo, y cuando le entrega al compañero Adolfo, que fue en el 91, entregó 750 millones. Pero resulta que los archivos de la URECCH no existen, aquí no hay archivos; o sea, toda la memoria se ha perdido, se perdió. Yo supongo que hay una mano negra que mece la cuna, como quien dice, y que fueron perdidos a propósito, porque, en el Registro Agrario Nacional, que es donde todos los cambios se registran, allí debería estar, pero tampoco hay nada, ¿sí? Entonces, allí hay una doble sospecha, porque no hay aquí ni hay allá. Lo único que hay es cuando el compañero [Adolfo] recibió. Y cuando él entregó, a Leonel García, no hay nada; cuando Leonel le entrega a Rey, tampoco hay nada; cuando Rey le entrega a Ramiro, que fue el último presidente, no existen documentos. A eso es lo que llama el Registro Agrario el tracto sucesorio.
Entonces, no podemos saber, no sabemos dónde quedó. Cuando pasó eso... yo me retiré de aquí, de la URECCH, en el año 99, me retiré... ¿En qué año entraste tú, Adolfo? Parece que entró él en el noventa y... No lo recuerdo, pero allí tenemos el acta. Cuando él entró, yo me retiré, porque estábamos dando todo, estábamos de tiempo completo, ya llevábamos varios años trabajando y estábamos haciendo rica a la organización, pero en lo personal estábamos en la calle [risas]. Entonces yo pedí como que un respiro para irme a chambear un tiempo y hacerme una lanita y, después, a la mejor seguirle, ¿no? Era mi intención, incluso salí de aquí, de Ometepec... ¡ah!, fue en el 91 justamente, cuando ya andaba yo para irme a Cuernavaca como gerente del Banrural, una sucursal A, le llamaban ellos, y ya no me fui. Fue precisamente en el 91 porque fue la coyuntura electoral, que llegó el PT por primera vez, y yo fui su candidato, y ya no me dejaron ir los compañeros, y, pues, yo, por tratar de ser consecuente con lo que yo hacía y decía... los compañeros prácticamente me impusieron la candidatura, y no tuve más que aceptar, entrarle ya nomás de trámite, porque nomás hice como 20 días de campaña, ¿sí? Y ése fue el resultado que te digo que hubo.
Y a partir de allí yo me retiré. Me acuerdo que los compañeros... por la cuestión de que yo ya tenía chamba para irme a trabajar y la dejé perder... los compañeros que andaban administrando el asunto del PT me apoyaron con una lana, 8 millones de pesos de aquel tiempo, y con eso pusimos... nos hicimos cargo de la tienda que tenía la organización; tenía un tienda, que la abrimos allá en el 88, y para el 91 nos apoyaron con la tienda para que de allí nos alivianáramos un poquito, y aparte me dieron 8 millones para meterle, pero de los de aquellos, para meterle al negocio, y lo levantamos... que es la tienda campesina. No sé si la oíste mentar alguna vez, que es donde estuvo mi esposa mucho tiempo, y por eso es muy conocida ella aquí, porque teníamos una tienda donde dábamos los mejores precios de la región, no solamente de Ometepec. Venía gente desde Cuaji a comprarnos, de Azoyú, de Marquelia, de Juchitán. Iban y nos compraban de mayoreo. Y fue que nos levantamos económicamente, nosotros, con ese negocio, esa tienda.
Y ya estando aquí, en el 2010, yo ya me había desafanado totalmente de la organización, pero varios compañeros, unos compañeros de Xochis, otros de acá, de San Cristóbal, de Tlacuache, vinieron a ver aquí, al compañero Adolfo, porque la organización ya estaba abandonada, no había quién... aquí, todo destrampado, sin puertas, un basurero. Ya había muchos indigentes que se metían a dormir aquí, y no había quién se parara al frente. Fue en el 2010, ya estaba descabezada la organización, la abandonaron totalmente. Aquí había un grupo de estudiantes que eran hijos... que venían y dormían aquí... eran hijos de campesinos y pedían permiso aquí, y se venían, cuando estaba el consejo de administración. Pero, después, ya nomás llegaban, entraban, salían y... Era una especie ya de antro aquí, porque hasta se mariguaneaban los  chamacos.
Entonces, alguien vino y vio así, muy feo, y no lo dejaron ni entrar. Quería ir al baño y no lo dejaron pasar. Y entonces ese compañero ya vio a otro, y vieron a otro, y, se encontraban allá en la calle: ‘Oye, la organización... que cómo es posible que vaya a quedar eso así’, y entonces vino un equipo de compañeros a ver al compañero Adolfo. El compañero Adolfo les dijo: ‘Yo le entro, pero si le entra Efrén’. O sea, yo. Ya, de allí me fueron a ver a mí también, y entonces yo les digo: ‘Vamos a ver a Adolfo y vamos a platicar. Si él también le va a entrar, pues le entramos’. Y mira, aquí estamos, todo lo demás se retiraron y nosotros somos los que permanecimos aquí. Él, yo y un compañero de Piedra Boluda, que se llama Pedro Flores Martínez. Somos los que sacamos adelante, estamos sacando adelante esto ahorita.