*Es un elefante blancoCarlos Torres
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
27 de junio de 2016
A dos años de derribado el viejo edificio que era el centro de salud, éste que sería el nuevo centro de salud de Cuajinicuilapa, que tiene apenas construido ‘el cascarón’, todavía no está en funciones, permanece en la penumbra y no tiene vigilancia.
Este edificio fue gestionado hace aproximadamente seis años por la administración panista del entonces presidente José Guadalupe Salvador Cruz Castro y el extinto regidor Concepción Villarreal Mendoza ante el gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero y el exsecretario de Salud de aquella administración, Lázaro Mazón Alonso.
En Cuajinicuilapa existía un viejo centro de salud, cuyos trabajadores no quisieron moverse de allí para ir a laborar en el hospital básico comunitario que inaugurara René Juárez Cisneros, por lo que propusieron que se rehabilitara o construyera un nuevo edificio pero que el centro no desapareciera, con el argumento de que daba servicio a la población de esa zona, en tanto que el nuevo hospital estaba en las orillas del pueblo.
Después de esas gestiones, sería la administración del también panista Yrineo Loya Flores la encargada de ejecutar la obra de remodelación, misma que no fue concluida.
Esta clínica, ubicada en la calle san Nicolás, de la colonia centro, permanece sin energía eléctrica ni servicio de agua potable, tiene pisos rústicos, las habitaciones permanecen sin puertas y unos muebles nuevos se encuentran adentro.
Esta administración municipal, encabezada por el priista Constantino García Cisneros, así como el regidor de Asistencia de la Salud, Gilber Alberto Ramos Cuevas, no se han preocupado por esta situación, pues se sabe que ni siquiera han tenido un acercamiento con las autoridades de Salud estatal para darle seguimiento, ya que esta instalaciones son importante para nuestro municipio.
Así, permanece abandonado, sin condiciones para laborar en ese edificio, en tanto que el viejo edificio (un anexo al también viejo centro de salud que no fue derribado) es insuficiente y está en malas condiciones para atender a la población que busca los servicios de salud, sobre todo en esta temporada de lluvias, cuando el agua moja la sala de espera.
