* Sólo deja daños materiales * Trascendió que supervisaron los militares, pero no hubo detenidos
Misael Damián
‘Ndyowe (Ometepec, Gro.)
3 de junio de 2016
Una fábrica de cohetes de Cochoapa, comunidad de este municipio, en donde también se elaboran todo tipo de fuegos pirotécnicos, se incendió el jueves 2 de junio, produciendo tres explosiones, las cuales causaron un gran destrozo a la industria cohetera y sembraron pánico entre los vecinos de la población.
De acuerdo a versiones de los vecinos del barrio del Panteón, a unos metros del jardín de niños Cuauhtémoc se escucharon tres explosiones y al ir a auxiliar a los moradores que trabajan en la fábrica, se dieron cuenta de que se trataba del lugar de elaboración de fuegos pirotécnicos cuyo dueño es Raúl Bernardino Nicolás Guzmán.
Al lugar se apersonaron militares, personal de Protección Civil y de la policía municipal y una ambulancia, pues se había rumorado que el incidente había dejado varios heridos, sin embargo sólo quedó en un susto para los que no se dedican a esta actividad pero viven cerca de donde pasaron los hechos.
Cabe señalar que no es la primera vez que un taller de fuegos pirotécnico sufre un accidente de este tipo; hace unos meses, una explosión dejó hecho trizas una casa de tabique, y en esa ocasión se dijo que uno de los trabajadores, al probar un cohete, éste agarró en dirección de la casa, lo que originó que se quemaran los demás materiales explosivos que había en el interior, haciendo que la vivienda se cayera.
Otro de los casos se dio hace años cuando un cohetero, sin estar capacitado ni tener conocimiento de lo peligroso que puede ser la pólvora, guardó las bandejas con ésta debajo de la cama de mecate y petate donde dormían sus hijos; ya, en la madrugada, uno de los infantes se orinó y causó que la pólvora se incendiara, ocasionando la muerte de ambos niños y la esposa del infortunado, quien se salvó porque no se encontraba en el momento que se dio la explosión.
A causa de estos sucesos, muchas familias que se dedica a este trabajo tienen cicatrices en el cuerpo, que han sido ocasionados por las explosiones que han sufrido por la peligrosa actividad que realizan.
Por todos los accidentes que ha habido a causa de esta actividad, los habitantes, en reuniones, han manifestado que los que laboran en la elaboración de cohetes, toritos y castillos se salgan a las orillas del pueblo, a varios cientos de metros de la última casa habitación; sin embargo, no todos han entendido esta situación: por ejemplo, esta última explosión ocurrió a unos 40 metros de una vivienda donde pernocta una familia con sus hijos.
