jueves, 30 de junio de 2016

Con la conciencia limpia, se va sacerdote de Zacualpan

*Es el segundo que se va por atropellos y amenazas

Misael Damián
Ometepec, Gro.
27 de junio de 2016

Zabel Zacarías Melo Candela, sacerdote que se fue por la inseguridad que se vive en Zacualpan, luego de hacer entrega de todo lo que le corresponde al nuevo sacerdote, Ambrosio de la Cruz Ruiz, se dirigió a los habitantes del pueblo, reunidos en la enramada de la iglesia, a quienes les dijo que se va satisfecho porque se va limpio y con su dignidad por delante.

Ante cientos de fieles católicos reunidos en el patio de la parroquia dijo que puede ser que les haya fallado en muchas cosas, que a lo mejor “no fui a la medida de ustedes”, expresó, y agradeció a todos, y dijo que, con toda humildad, reconoce sus culpas, sus pecados, “si cometí una falta, discúlpenme”.
En presencia de los demás sacerdotes que lo acompañaron a entregar la parroquia, manifestó: “Me voy, pero con la conciencia limpia, me voy con mi frente en alto, me voy con mi dignidad; por delante, mi dignidad de sacerdote”; expuso que está consciente que en los años que estuvo al frente de la parroquia nunca manchó su sacerdocio, que pudo haber fallado con sus palabras o gestos tratando de encauzar a los habitantes de la comunidad a un buen camino, pues el sacerdote está al frente para corregir “como un padre corrige a los hijos, y yo los corregí de esa forma”.
Dijo estar contento y satisfecho, pues no deja sola a la comunidad, sólo pidió a los files del pueblo que estén atentos con el clérigo que lo sustituye y, sin detallar lo ocurrido con él, dijo: “Cuídenlo, que no vaya a suceder como lo que pasó hace unos meses; eso sí se los quiero decir, y llévenselo en la memoria: que lo cuiden”, obteniendo como respuesta de una voz: “Sí, padre”. Expuso que los sacerdotes son como una familia y si alguien atenta contra uno de ellos, es como si lo hiciera contra dios o contra la iglesia. Reiteró al pueblo sobre el cuidado del nuevo presbítero y expresó: “Que no sean hipócritas, porque aquí hay gente que ha venido, les aseguro, nada más a escuchar a ver qué digo, qué cosa hablo, y corren a decir el chisme; quiero que sean leales, no sean hipócritas, no sean dos caras”. Les pidió a todos que cuando busquen al sacerdote lo hagan con sinceridad, ya que siempre estará esperándolos “en esa silla” para la confesión o para algún consejo; al igual, estará en la mesa presidiendo la eucaristía.
Luego como si fuera una respuesta a algunos, dijo que los sacerdotes no son brujos, “como muchos lo dicen”, que son personas consagrados a Dios, no al diablo, de que practican la brujería, que los amuzgos se lo quiten de la mente. Dijo sentirse bien por haber cumplido en su cometido como enviado de Dios en el tiempo que estuvo al frente de la parroquia; agradeció a mucha gente que en verdad iba a la iglesia por la fe que tenía y por el aprecio que le mostraban a él, pues muchas personas lo fueron a visitar cuando se fue a radicar a la comunidad vecina de Cochoapa, a causa de las amenazas de muerte que recibía.
Por último, solicitó a Dios que permita al pueblo a que se organice; luego, en tono alto, le dijo: “Organícense, por la seguridad de ustedes, organícense. No más muertos, ya no más sorpresas, ya no más muertos”; expuso que ojalá la comunidad, a partir de la nueva etapa con el nuevo cura, sea un pueblo donde se respiren “aires de vida, no de muerte”.
Los indígenas de esta población ya se estaban organizando para que ya no se respirara aires de muerte (como lo dice el sacerdote), o ya no existieran más atropellos a sus semejantes, incluso, unas 200 personas ya habían aprobado la permanencia de la Policía Ciudadana de la UPOEG; todo iba bien, hasta que el presidente municipal, Omar Estrada Bustos, los invitó a una reunión a puerta cerrada en el Ayuntamiento para platicar sobre el tema, y hasta ahora el pueblo no sabe realmente de lo que se habló allí, pues no ha habido asamblea, pero lo que sí es visible es que después de esa famosa “plática” con los dirigentes que estaban impulsando a la policía de la UPOEG, el Sistema de Justicia de la Policía Ciudadana ya no se pudo concretar en la comunidad y los integrantes se retiraron sin mediar palabras.