
Ometepec, Gro.
21 de junio de 2016
Acusan alumnos de la Preparatoria 5 de la UAGro que los ejidatarios los intimidaron y amagaron con machetes, y responsabilizan al presidente del comisariado ejidal de lo que pueda ocurrir a estudiantes.
En entrevista para Diario Alternativo, el alumno de segundo año del turno vespertino de la Preparatoria número 5 de Ometepec, Jacinto Martínez Ruiz, éste denunció que el domingo 19 de junio por la tarde, un grupo de aproximadamente 60 ejidatarios, provistos de armas punzocortantes y contundentes y garrotes, que iban encabezados por el presidente del comisariado ejidal, Javier López Valverde, intentaron desalojarlos de la casa del estudiante, donde viven educandos de la referida preparatoria y de la escuela de Enfermería número 3, ambas pertenecientes a la Universidad Autonomía de Guerrero(UAGro).
El estudiante aseguró que va bien en sus estudios de nivel medio superior y que lleva buen promedio, sólo que es de extracción humilde, hijo de campesinos originarios como él del municipio de Cochoapa el Grande, por lo que tiene que trabajar para proseguir sus estudios y su manutención.
Cuestionado en el interior del hotel Florencia, Jacinto Martínez relató que vive en zozobra debido a que no sabe cuándo van a regresar los ejidatarios a irrumpir en el espacio que ocupa la casa del estudiante, ubicada a unos metros de las instalaciones de la Universidad pedagógica Nacional (UPN).
Detalló que con gritos los representantes del comisariado ejidal les ordenaron “Que saliéramos de la casa y que no habitáramos allí y, pues, llegaron con hachas, traían palos, traían machetes y nos querían sacar de la casa, para que no estuviéramos ahí y, pues nosotros no quisimos salir”.
Agregó: “Éramos como 7 estudiantes de la Prepa 5, estaban algunas muchachas de Enfermería. También nos querían sacar a golpes, pero como nosotros no queríamos salir, optamos por avisar a la maestra Ariana Jiménez, quien llegó a protegernos”.
Por su parte, la maestra en Ciencias, Física y Química, Ariana Jiménez Martínez, relató que actualmente cohabitan unos 20 alumnos de la Preparatoria 5, donde ella imparte clases, y alrededor de 25 alumnos, entre mujeres y hombres de la escuela de Enfermería, en la casa del estudiante que tiene una antigüedad de 10 años.

La catedrática abundó: “La molestia, de alguna manera, es que hayan venido a amedrentarlos de la forma en que lo hicieron, sobre todo porque son adolescentes, algunos, menores de edad. Los de Enfermería ya están dentro de su carrera, pero, dentro de la situación que está viviendo nuestro, país los estudiantes, los niños, no debería ser tratados de esa manera”.
Destacó que acudió al llamado de auxilio de los alumnos pero que a ella no la mueve ningún interés político o de otra índole, sino el de garantizar espacios para que los educandos puedan desarrollándose en condiciones que les permitan proseguir su aprendizaje.
“Que quede claro que no hay una mente maestra aquí, detrás de los muchachos, son ellos los que tienen una necesidad, son ellos los principales gestores, tan es así que tenemos generaciones incluso ya estudiando en Chilpancingo que han sido precursores de este movimiento de la casa del estudiante. Aquí no hay ningún maestro que este lidereando; yo acudí a la llamada de auxilio de los estudiantes, así como pudo ir otro maestro”
Mediante mensaje de WathsAp de voz, con duración de 31 segundos, que envió a este corresponsal desde su número de celular particular, el que reservo por situaciones obvias, a las 16:03 horas de ayer lunes, la maestra detalló: “Jorge, también hay que hacer énfasis que, aparte de que responsabilizo a Javier López Valverde de todo lo que le pueda suceder a mis niños, de este desalojo agresiones y demás, también responsabilizo al presidente de Ometepec porque le compete directamente todo lo que suceda en el municipio, y sobre todo la integridad de los estudiantes, (es) el responsable de la integridad de los ciudadanos de Ometepec”.
Reconoció que hay un litigio desde hace varios años por el terreno que se denominaba Impecsa, pero, aseguró que si hay algo legal, se debe dirimir en los tribunales competentes y no con violencia, como lo pretenden resolver las autoridades ejidales.