02 de Mayo de 2016
Robo y corrupción en los
arsenales militares
Hay un elemento
de corrupción cuyos orígenes nunca han sido suficientemente explicados en ninguna área de seguridad nacional ni
en ninguna institución castrense. Como cuando se ve que los de arriba o los
mandos superiores se manejan a su antojo, el ejemplo cunde, y se reproduce en
todos los niveles, ya nadie pregunta.
En las
ejecuciones extrajudiciales que se han registrado en diversos rumbos de la
geografía nacional, sobresalen los de Tanhuato, Apatzingán, Tlatlaya y Reynosa.
Una somera compulsa de las armas utilizadas por los narcotraficantes que
supuestamente se enfrentaron con las "fuerzas del orden", arroja un
dato significativo: la categoría del armamento que tenían en su poder.
Se trata de
armas largas reglamentarias para uso exclusivo del Ejército, Marina Armada, Fuerza
Aérea y agrupaciones policíacas federales y locales de Reacción Inmediata o de
Tarea: granadas de fragmentación, cohetes y misiles de largo alcance y gran
impacto, lanzacohetes de alto registro y todo tipo de arsenal reservado, para
uso exclusivo, difícil de conseguir en el mercado negro.
Sobre todo
difícil de conseguir, cuando la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina o
la Policía Federal jamás han aceptado que sus efectivos y elementos armados hayan
sido desvalijados de esas pertenencias castrenses después de algún enfrentamiento o debido
a emboscadas recurrentes perpetradas por los adversarios, ¿dónde entonces las
consiguen los malandrines?
Bandas criminales se
surtían en Santa Lucía
Por ejemplo, en
la matanza previa a la revancha de Tanhuato, ejecutada en la zona conurbada de
Guadalajara, cayeron en poder del Ejército lanzagranadas y misiles con los que --nos
dijeron-- las bandas delincuenciales habían derribado helicópteros de la Sedena
y causado varias bajas entre elementos que no sabían ni a qué se enfrentaban.
Usted y yo,
comentamos hace casi un año, cuando se registraron estos sucesos, que las
pistas de investigación habían llevado a descubrir que los altos entorchados
del Ejército que custodiaban las bodegas de armamento de la Base Militar de
Santa Lucía, en el Estado de México --prácticamente conurbada a la CDMX-- estaban
implicados en estos hechos aberrantes.
Las bandas del
crimen organizado se surtían a placer en las bodegas del Ejército mexicano, por
medio de business que efectuaban con militares de alta
graduación, encargados por órdenes superiores de su custodia. La especie jamás
fue desmentida y, sí fue comprobada.
Incluso, para
la fabricación de estos elementos mortíferos, balas de grueso calibre o
granadas de fragmentación, se usa una pólvora negra especial que no está al
alcance de nadie, excepto del Ejército. Su importación es sumamente compleja y
se efectúa únicamente para surtir a la Institución Armada.
O sea, por ahí
no podía ser. La única explicación es la grave corrupción que ha calado hasta
los huesos de los altos mandos, y de ahí, el salpique hacia arriba, o la
distribución de "la copa" hacia abajo. La complicidad siempre va
acompañada del premio respectivo.
Mientras, todo Colima ya es
territorio narco
Hoy, que la
sangre ya llegó al río, la Secretaría de la Defensa Nacional boletina de manera
oficial que, en lo que va de enero a marzo, tan sólo en Colima --hasta hace
seis años un lugar
paradisíaco y tranquilo para vivir-- se han registrado 148 asesinatos del
crimen organizado.
Todo, por el
control del puerto de Manzanillo, el único puerto natural del Pacífico
mexicano, cuyo gran calado a escasos metros de la costa, permite ahorrar
cualquier tipo de desazolve. Es inmune al atasco que arrastran los fenómenos
naturales, y lamentablemente es la principal puerta de entrada de los
potenciadores plásticos y anfetaminas.
Alrededor de él
se asentaron los clanes históricos de El
Cochiloco y los de las familias Valencia, amos y señores de los contactos
con los grandes productores asiáticos de precursores de enervantes sintéticos.
Hoy, Colima, desde San Telmo hasta Minatitlán, es territorio narco.
475 militares caídos con
armas de uso restringido
Pero eso no es
todo: la Secretaría de la Defensa Nacional informa que en los nueve años que
lleva "la guerra contra el narcotráfico", bautizada así por el
inconsciente borracho Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, enfundado en uniforme
verde olivo, guangoche, como un payaso con cinco estrellas...
... el Ejército
ha registrado la muerte de 475 militares de diversos rangos, víctimas de fuego
emanado de armas mortíferas que a lo mejor estaban destinadas a ser usadas por
ellos, jamás contra ellos.
El Informe
relativo proviene de la Sección de Personal Caído de la Secretaría de la
Defensa Nacional, y refiere que de los infelices "juanes" y gallardos
entorchados, 375 pertenecen a la cuenta personal del beodo Calderón y 118 a la
del incompetente Peña Nieto.
Para actuar como policías, ¡que
les ordenen por escrito!
Este servidor,
dedicado a teclear por más de cuarenta años, se pregunta ¿qué no le da
vergüenza a los altos mandos de la Sedena boletinar este desvarío?
¿ Qué no se han
enterado --a lo mejor no-- que no ha mucho hubo un secretario de la Defensa
Nacional, Gerardo Clemente Vega García?
¿ No les han
comentado en ningún café de alguna oficina que cuando El Alto Vacío Vicente Fox le ordenó que la tropa se fuera encima de
los manifestantes que protestaban contra el pretendido desafuero de Andrés
Manuel López Obrador y los masacrara con fuego a discreción, donde los
encontrara, cómo reaccionó?
¿No los han
enterado que el General Vega se rehusó a aceptar esas desquiciadas órdenes y, cuando
fue presionado por todo tipo de autoridades nacionales y extranjeras para
hacerlo, pidió como única condición que las órdenes se las diera el Presidente
fantoche por escrito?
Obviamente, el
que resultó asustado fue el esposo de la señora Marta.
"Roban" al SAE
autos, joyas ¡y hasta navíos!
Hoy, que la
corrupción ha llegado al tope y se desborda, se da a conocer que de febrero del
2015 a febrero del 2016, en sólo doce meses le han "robado" al
Sistema de Adquisición y Enajenación (SAE), 31 mil bienes resguardados por
personal bajo su mando.
Autos y
camionetas blindadas de gran lujo,
joyas, títulos, valores... ¡hasta navíos! que, para sacarlos de las bodegas, se
requiere una logística fuera de las posibilidades de un ciudadano de a pie.
Pues, ¿cómo le hacen? ¿ A qué Universidad fueron los rateros para poder llevar
a cabo estas labores hercúleas?
¿Quién les
estará ayudando mi General Secretario Cienfuegos? ¿Dónde venden de esos
malacates?
¿No se estará
repitiendo la historia del robo en Santa Lucía del armamento reglamentario?
Índice Flamígero: “Ya parece una maldición –dice don Alfredo
Álvarez Barrón-- cada vez que los ciudadanos bien informados acudimos a ejercer
nuestro derecho al voto nos acompaña, imperturbable, la sombra de la derrota; y
es que sabemos, de antemano, que a pesar de los discursos triunfalistas nada ha
cambiado: los mismos candidatos, tal vez enfundados en diferente camiseta; las
mismas viejas e irrealizables promesas; los mismos partidos (PAN, PRD, PVEM,
PANAL, PT, etc.) que no compiten para ganar, sino para seguir conservando sus
jugosas prebendas; los cada vez más refinados métodos de coacción del voto y la
misma desesperanza de millones de mexicanos que siguen cambiando su voto por
una despensa o por la versión Premium de La
Cumplidora, de tal forma que hoy en México las elecciones ya no se deciden
por el voto duro o el voto de castigo, sino por el voto del hambre. Y en ese
terreno el partido en el gobierno es casi imbatible. Por otra parte, ya quedó
demostrado que las candidaturas independientes de dudosa procedencia no son la
gran panacea, pues el país no necesita broncos de a mentiritas, ex futbolistas
con la mente en blanco o algún periodista de doble moral que sueña con ser Presidente de la República, (y la posible
candidatura de la señora Margarita, en mi humilde opinión, va por el mismo camino:
una verdadera vacilada). Agotado el tiempo de los políticos tradicionales que
han demostrado con creces su ineficacia
para administrar el changarro, como diría Vicente Fox, es hora, y tal vez sea
la última llamada, de voltear hacia los ciudadanos apartidistas, hombres y
mujeres honestos e insobornables que
tengan como objetivo supremo servir (y salvar) a México, antes de que el país
termine en el despeñadero de la historia. En ese sentido, cobra especial relevancia
el experimento social que se está llevando a cabo en Zacatecas: Enrique Laviada
Cirerol, hombre culto y de sólidos principios morales compite por el cargo de
Presidente Municipal de Fresnillo, ciudad que suele ser clave para definir el
rumbo de la elección en todo el Estado, y aunque parece difícil redimir a los
conformistas y atraer a los indecisos yo no tengo la menor duda: porque lo
conozco y porque intuyo que su estatura moral le permitirá mantenerse alejado
de los vicios ocultos del poder, me la juego por Laviada. Y que sea lo que Dios
quiera”. Y enseguida, El Poeta del Nopal rubrica:
“No es el feroz desatino / de algún político ardido / que busca en otro partido
/ llevar agua a su molino; / es un reclamo genuino / en ésta lucha de opuestos
/ pues el perfil de hombre honesto / se lo ha ganado con creces; / por ello es
que sin dobleces / con Laviada... va mi resto.”