miércoles, 11 de mayo de 2016

Sin agua, en Cuajinicuilapa; y las autoridades siguen mintiendo al respecto

Eduardo Añorve |
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
11 de mayo de 2016


De acuerdo con expertos en la materia, el pozo profundo desde donde se suele abastecer agua a esta cabecera municipal le pertenece al dueño del terreno, Jesús Marín Colón.
En 2010, el presidente panista José Guadalupe Salvador Cruz Castro comenzó a robarse el agua de ese pozo; personal del Ayuntamiento hizo una toma clandestina de allí para llevar el líquido a un terreno de aquél, donde presuntamente construirá una fábrica de hielo y venderá agua embotellada.
Además, ese mismo personal cerró una toma de agua, de un cuarto de pulgada, que se le ‘autorizaba’ al propietario del terreno.

Al enterarse, Marín Colón intentó negociar, pero ese presidente sólo negociaba con ventaja a su favor y, a su vez, intentó manipular a la asamblea de ejidatarios para que despojara a aquél de su terreno, con el falso argumento de que no quería ceder el agua al pueblo.
Por su parte, el propietario del terreno interpuso una demanda contra el Ayuntamiento (por la investidura de José Guadalupe Salvador) para impedir el despojo, y le dieron la razón.
Entonces, este Cruz Castro (su hermano Salvador lo sustituiría en el gobierno municipal) ya había dejado la presidencia y, posteriormente, negoció como particular la compra de una parte del terreno en disputa (por donde se accede a la bomba), y lo consiguió.
En esas fechas su opinión ya había cambiado: nunca tuvo la razón en la disputa por el pozo.
Jesús Marín Colón nunca se opuso a que el agua se bombeara a la población, por lo que el pozo continuó a disposición de las posteriores direcciones de Agua Potable y Alcantarillado.
Con el regreso de los priistas al gobierno municipal, en 2015, hubo negociaciones entre el presidente Constantino García Cisneros y el dueño del pozo, con la promesa de éste de que el Ayuntamiento le compraría el terreno, pero, como ocurre con mucho de lo prometido por él, quedó en mero pedo de boca, en palabrería.
El propio José Guadalupe Salvador, enemigo acérrimo de García Cisneros, intentó también comprar ese terreno, tal vez porque no le era suficiente que tuvieran que pedirle permiso para acceder a él cuando tenían que bombear.
Ante esta bronca entre ellos mismos, Jesús Marín atisbó que no le comprarían el terreno, que ellos andaban buscando dejar salir viejos rencores y saldar añejas deudas, por lo que hace un par de meses decidió echar llave al candado del terreno donde está el pozo.
Y comenzó la escasez de agua en Cuajinicuilapa.
Y el agosto de los vendedores de agua.
Y las mentiras de los funcionarios públicos.
La última dice que se dañó el transformador, aunque, en realidad, le echaron llave al candado.
En un acto desesperado, el secretario de Seguridad Pública municipal, Ignacio Peláez Mier, acompañado por un grupo de policías fue a trozar el candado, consiguiendo restablecer por unos días el servicio.
Y, de nuevo, fue reemplazado el candado (o la cadena, que, para el caso, es lo mismo).
Años antes, también personal de Seguridad Pública trozó la cadena y abrió para que se bombeara agua, y fueron demandados; al final, personal de Derechos Humanos vino a reconvenirlos para que se abstuvieran de hacerlo, pues constituye un delito.
Sigue sin que se abastezca el agua entubada a Cuajinicuilapa.
El presidente García Cisneros y su gabinete han estado mintiendo a la población y están buscando apresuradamente soluciones alternativas a este problema, pues no le conviene a su campaña de proselitismo que la gente siga exigiendo lo que él no puede cumplir.
El presidente García Cisneros dijo que el gobierno no tenía dinero suficiente para comprar el pozo.
La gente se pregunta que cómo puede ser eso posible si ven todos los días al secretario particular, al secretario del Ayuntamiento, al regidor Cruz, al secretario de Seguridad Pública, en fin, a muchos funcionarios estrenando carros y camionetas que valen cientos de miles de pesos.
Pero es obvio que esta pregunta tampoco van a responderla.
Claro que en la calle la gente sigue exigiendo que las doten de agua.
Y se afirma que al presidente García Cisneros esto no le va ni le viene, no le afecta, y no porque no se bañe ni beba agua (él, con tantos privilegios), porque él no vive aquí sino que viene de vez en cuando.
¿Dinero?, dicen, dinero es el que se está invirtiendo en una ‘mansión’ en Huehuetán, por donde nació el presidente de Cuajinicuilapa.
Y podría relegirse, amenazan.