10 de Mayo de 2016
Gasolina, cuentos y
engaños chinos
(CDMX, 10 de
mayo, 2016) - El famoso "sexenio" del peñato sólo duró el tiempo
necesario --alrededor de dos meses, hasta que les explotó
"accidentalmente" el sótano de la Torre de Pemex-- para llevar a cabo
el descomunal engaño de la "reforma estructural energética", que
todos los aplaudidores a sueldo se aprestaron a ensalzar y llevar a los Altares
de la Patria.
Los atracomulcas habían llegado al poder
presidencial sin programa de gobierno, sin idea de Nación, y por eso se agarraron
del clavo ardiendo que les ofrecieron los inminentes desempleados políticos de
la cúpula perredista-panista, llamado "Pacto por México", y proponer con
este una sarracina de puñaladas a la Constitución, destinadas a la debacle del
país.
Durante ese
lapso, toda la prensa incondiȼional --impresa, radial, televisiva-- dio rienda
suelta a panegíricos y loas pedestres, pero muy bien pagadas con nuestros
impuestos, para que la nefasta tolucopachucracia pusiera las bases de lo que
acabó siendo un fracaso de resonancia mundial, los cimientos de la destrucción
nacional.
Vi(rey)garay, “mejor
financiero del planeta”… y circunvecinos
Se gastaron
miles de millones de pesos para lograr publicaciones extranjeras bastante
cotizadas que resaltaran a Peña Nieto como "el salvador de México", a
la infame reforma como la punta de lanza y el reflejo del Mexican Moment, que sólo existía en sus mentes, desaforadamente
entreguistas y vendepatrias. También "vendieron" en pasquines a los
mentecatos como los nuevos niños héroes nacionales y hasta mundiales.
Como ejemplo,
el emisario de la fracasada estrategia panfletaria, el impresentable Luis
Vi(rey)garay, aprovechó la escalada para publicitarse en el exterior como
"el mejor financiero del planeta" (y otros circunvecinos) y se hizo
condecorar por libelos neoyorquinos, después de carísimos agasajos. Decía ser el
enviado del futuro, cuando sólo era y es un badulaque de siete suelas, que secó
la economía del país en dos semestres.
Remataron los tolucos la
mitad de “Pajaritos” a Del Valle
Al mismo
tiempo, por debajo del agua, los atracomulcas
llevaban a cabo, de espaldas al Congreso, el remate de las instalaciones y de
la industria petrolera nacional, regalando el patrimonio soberano a
pelafustanes que se decían socios de Pemex, como Antonio Del Valle, quien
recibió la mitad de la Petroquímica de "Pajaritos", para succionar
materia prima de derivados secundarios y sembrar la muerte y la zozobra.
Sepultaron,
tolucos y pachuquitas, una historia de entrega y sacrificios, como la que se
desarrolló para defender la expropiación petrolera de 1938, cuando las empresas
transnacionales afectadas se vengaron de nuestro país cerrando sus refinerías e
impidiendo la compra de gasolinas, queriendo bloquear el transporte y la
movilización de cualquier mercancía, de cualquier mexicano.
En 1938, técnicos
petroleros fabricaron gasolinas inmejorables
Fue entonces
cuando se agudizó el ingenio y el patriotismo de los técnicos y obreros
petroleros mexicanos para adecuar tecnología y herramientas casi rudimentarias y,
a base de tetraetilo de plomo e igualar los niveles de octanaje, utilizar las
refinerías clausuradas y la planta productiva extranjera y producir las gasolinas
que requerían el comercio, el transporte y la industria, para sacar adelante la
expropiación.
Pemex se
mantuvo hasta la llegada de López Portillo, que se montó auténticamente sobre
la revelación de insondables riquezas petroleras en el Golfo de México y
convocó al país a "administrar la abundancia", llevando a cabo un
derroche inmisericorde de recursos burocráticos que sirvieron para "una
pura y dos con sal".
Al ritmo del
sonsonete de Cantarel, y el alucine de las plataformas petroleras, los
siguientes sexenios gozaron de esa bonanza artificial y monoexportadora.
Descuidaron las actividades agropecuarias, desmantelaron el Estado y acabaron
con el país, o con lo que quedaba de él.
Mouriño: sí a gasolinas
chinas que “envenenan el ambiente”
Pero la
llegada de la tolucopachucracia fue la puñalada mortal. Las refinerías de
Cadereyta, Ciudad Madero, Tula, Salamanca, Minatitlán y Salina Cruz fueron
abandonadas a su suerte, se convirtieron en una ficción, para dejar el paso
libre a la importación desaforada de gasolinas de más de una docena de países,
destacadamente de China e India, los países más contaminados del mundo.
A pesar de que,
desde el fatídico docenato panista, se había advertido del peligroso
crecimiento de la importación de combustibles, al peñato se le hizo fácil el
negocio de los moche$ en ese como en
muchos sectores. Hasta el difunto Juan Camilo Mouriño había advertido que esos
venenos se dedicaban al consumo de la Ciudad de México y a cuatro de cada diez
consumidores del país.
Tanto la
Secretaría de Energía como Pemex asintieron la afirmación. Jordy Herrera,
subsecretario de Planeación Energética del beodo Calderón dijo que ya para el
2009 se importaban 400 mil barriles diarios de esos países asiáticos, y la
operación tendía a crecer. "Aunque quisiéramos que las gasolinas fueran
mexicanas, no se puede, porque no se ha invertido en crear refinerías".
Una declaración lapidaria.
Mortal de necesidad que
un país petrolero importe combustibles
Cuando el
peñato se dio cuenta que en Tula se producían gasolinas con Ultra Bajo Azufre
(UBA) dio carpetazo a cualquier inversión para poder continuar a tambor
batiente el negocio de la importación. El asunto era sencillo: combinar las
gasolinas con etanol, un alcohol que no produce azufre o nitrógeno ni los
fatídicos precursores PM's que contaminan las urbes mexicanas.
Hasta los
pocos empresarios nacionalistas del CEESP, revelaron la importación de gas
natural del Perú, por parte de la CFE y expresaron, desde el 2009, que "el
hecho de comprar combustibles en el exterior no es algo fuera de lo común; lo
es, cuando el país importador es uno de los principales productores de crudo en
el mundo". Mortal de necesidad.
Lozoyita y Vi(rey)garay
pleito por la “repartacha” del “moche”
La División
de Comercio Internacional de Pemex, PMI, boletinó oficialmente que cuatro de
cada diez automóviles usaban gasolinas provenientes de Taiwán, Singapur, Corea,
Japón y España, países que en su vida han visto una torre petrolera sacando bitúmenes
de su geografía. Todo un engaño de chinos.
Más de diez
mil millones de dólares anuales que arrojaban pingües ganancias por comi$iones
a los encargados de Pemex, del multimillonario en verdes Lozoyita, salpicando
hacia arriba a Vi(rey)garay --quien lo propuso para el cargo, hasta que
entraron en conflicto por "la repartacha"-- y de ahí hasta donde
llegara el producto de ese esfuerzo de mercachifles y rateros.
Gasolineros: la china
contamina 500 veces más que la mexicana
Hace unos días,
el presidente de la Asociación de Gasolineros del Valle de México, Manuel
Robles Gil --que de esto creo que sí sabe--, acaba de declarar que la
contaminación de la CDMX se debe a la gasolina barata que está importando
México de China. "Contamina 500 veces más que la mexicana y 700 veces más
que la gringa. La neblina grisácea que padecemos, es igual a la que se ve en
China, India o Paquistán, los países más contaminados del mundo". A
confesión de parte, relevo de pruebas.
Para
defenderse, Pemex saca a declarar a un tal Jorge Itzal (?), encargado de la
Dirección de Transformación Industrial, para balbucear que "¡los
combustibles de Pemex no contaminan"! Si ya sabemos que las gasolinas no
son de ese fantasma de empresa a la que la redujo el peñato, sino de Asia de
donde las importan.
Importar gasolinas
significa un gran negocio para los fruncionarios
¿Para eso
querían los atracomulcas la reforma
energética, para acabar de desbaratar todo lo posible? ¿Para continuar a
velocidad turbo rematando la geografía del país, patrimonio de todos los mexicanos
y de los hijos de nuestros hijos?
¿Para que
Lozoyita compre mansiones en las costas más ricas del Este de los Estados
Unidos y viva en ellas como marajá y en la impunidad absoluta? ¿Para qué Vi(rey)garay
continúe engordando su cochinito, en su desaforada y demencial carrera hacia la
Presidencia de la República que a lo más lejos que podría llevarlo sería al
Palacio de Gobierno de Toluca? ¿Para sepultar la memoria de los bravos obreros
y técnicos petroleros mexicanos que salvaron en 1938 al país de la tragedia?
¿Para
continuar acrecentando sus bolsillos y contaminando con partículas pesadas a la
Ciudad de México, que tiene que tomar medidas valerosas contra este atentado
al mínimo pudor?
Porque,
"la peor verdad --dijo Jacinto Benavente-- sólo cuesta un disgusto. La
mayor mentira cuesta muchos disgustos pequeños, y al final, uno muy
grande". ¡Con la gasolina china, los mexicanos hemos sido engañados como
chinos! Y no sólo estamos de mal humor, como dice Peña Nieto, estamos algo peor
que eso. ¡Mucho peor! ¡Encabronados!
¡Que los atracomulcas arrostren las
consecuencias! ¿No cree usted?
Índice Flamígero: “No siempre coincido con los
panistas de pura cepa –escribe don Alfredo Álvarez Barrón--, aficionados al table dance y devotos del moche oficializado, pero debo reconocer
que las declaraciones de Marko Cortés, coordinador del PAN, al comparar a
Donald Trump con Andrés Manuel López Obrador, a quienes acusa de ‘sembrar odios
al hablar de los buenos y de los malos’, tienen cierto grado de credibilidad;
en la actitud de ambos personajes, toda proporción guardada, hay algunas
similitudes...”. Y enseguida El Poeta del Nopal apunta con jiribilla: “Al
publicar su teoría / tienen alguna razón, / Donald Trump y el Peje son / dos
necios de antología; / pero su fina ironía / no implica grandes aciertos, / desfacedores
de entuertos / y de la Patria custodios: / si Andrés Manuel sembró odios, / Felipe
cosechó muertos.”