Marina y Ejército, de alta letalidad
Crece un clamor mundial: en México, a medida que
soldados y marinos son enviados a los operativos contra narcotráfico, guerrilla
y diversos objetivos paramilitares y metaconstitucionales, aumenta la
escandalosa cifra de torturas, asesinatos, ejecuciones, desapariciones y atropellos
a los derechos humanos. El drama y la miseria en el horizonte.
No obstante que los tribunales y las cortes
internacionales de derechos humanos más prestigiados han blandido la espada de
Damocles sobre la cabeza de los próceres mexicanos, amenazándolos de ser
juzgados como criminales de guerra, acusados de delitos de lesa humanidad.
De cuatro mil denuncias de tortura elevadas a la Procuraduría
General de la República, en los últimos años, sólo quince han resultado
condenatorias. Mientras, en la absoluta opacidad, todos los rangos y mandos del
Ejército y la Marina se niegan en redondo a conceder una sola entrevista a
algún medio de comunicación, nacional o extranjero.
Fuerzas Armadas han rebasado los parámetros
mundiales
Un estudio realizado por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, "Índice de Lealtad 2008-2014"
que reveló la creciente tasa de criminalidad en los operativos militares, dio pie
al descubrimiento de que en México se habían rebasado los parámetros
establecidos durante la guerra sucia de los años 70’s y 80’s del siglo pasado.
La última medición, que era la vigente,
correspondió realizarla a la Cruz Roja Internacional, cuyo Comité Central
registró que en los operativos de referencia, por cada "objetivo" muerto,
quedaban cuatro heridos. Esos eran otros tiempos, señor don Simón. Todavía las
cifras correspondían a la tasa internacional.
Los reporteros Azam Ahmed y Eric Schmitt,
comisionados por The New York Times
para realizar una investigación al respecto, analizaron las cifras oficiales,
sacando en conclusión que en los operativos militares, los números que se
arrojan son radicalmente diferentes.
Ejército: 8 muertos 1 herido; Marina: 30
muertos 1 herido
Mientras el Ejército Mexicano, en los operativos
en que participa, deja un saldo de ocho muertos por uno herido, la Marina Armada
arrasa con treinta cuerpos y deja uno herido para el boletín. Todo un caso de
esquizofrenia mortal. La tasa de matanza en México rebasa todos los estándares
mundiales.
El diario neoyorkino destaca que las fuerzas
armadas de México "son excepcionalmente eficientes para matar, con tasas
extraordinarias en el número de muertos de sus enemigos… lo que indica algo más
ominoso: un alto número de ejecuciones sumarias en un contexto donde prevalece
la impunidad por abusos de derechos humanos".
Un ejército y fuerzas armadas salvajes, al amparo
de la ley de la selva y del imperio del más fuerte… y más impune. Asesinos
eficientes, señala el rotativo, que apilan cuerpos, entre otra cosas, porque
saben que el sistema de justicia y la normativa legal están absolutamente
rebasados.
Miles de millones de dólares gastados en
armamento en EU
En este escenario, las desapariciones forzadas,
como el caso Ayotzinapa; las ejecuciones extrajudiciales, como las de Apatzingán,
Tanhuato, Tlatlaya, Reynosa, son recurrentes y masivas, desde que el beodo
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quiso quedar bien con sus valedores gabachos –quienes
además le pagaron varios millones de dólares por ello-- y declarar la guerra al
narcotráfico.
Pero, también, miles de millones de dólares se han
gastado, fundamentalmente en los Estados Unidos, para armar hasta los dientes
un ejército represor y encarnizado, no para avituallar a los "juanes"
de la paz, como rezaba el viejo retintín oficial.
Hay un mercado negro de armas, vehículos y
artefactos bélicos
Cuerpos enteros de aviones y helicópteros
artillados, miles de vehículos motorizados para el combate anfibio,
lanzagranadas y cañones de todo calibre, que son vendidos por debajo de la mesa
al narco, por los mismos oficiales encargados de las bodegas militares de
custodia.
Pertrechos, armamento y cartuchos suficientes para
librar una auténtica guerra en defensa de la soberanía y del patrimonio, como
dicen las consignas verde olivo, que se han adquirido a precios elevadísimos e
incosteables, por lo obsoleto de los equipos, sólo han servido para reportar
moche$ y contubernios a los generales.
Un auténtico mercado negro de armas, vehículos y
artefactos bélicos, desarrollado a ciencia y paciencia, a costa de nuestros
volteados y vacíos bolsillos, dirigido a engordar las carteras de fruncionarios y exterminar, bajo la mirada gorda de las
autoridades, l pueblo indefenso y hambriento.
A medida que crece la criminalidad y la
complicidad a todos los niveles, aumenta estratosféricamente la capacidad y la
influencia del narco-Estado en las decisiones que pueden afectar sus intereses,
dondequiera que se encuentren los osados que atenten contra ellos.
Con Moreira, el narco-Estado corrompió a la
justicia española
Le faltó referir al diario neoyorkino las líneas
paralelas que se complicitan en los dos extremos, a criminales y negociantes,
se unen como pinzas en el exterior, corrompiendo lo que se ponga enfrente. Como
que la inmunidad interior reinante tiende a prolongarse cuando se trata de
defender a sus implicados en cualquier acto ilícito cometido fuera de sus
fronteras.
No importa que el tribunal en cuestión se
encuentre a miles de kilómetros de nuestro escenario. El poder del dinero que
fluye de sus entrañas no tiene límites, no conoce medidas.
La incorruptible sala penal de la Audiencia
Nacional de España, la misma que trae a mecate corto a grandes defraudadores
como Mario Conde, Rodrigo Rato, la familia Botín y Jordi Pujol, acaba de doblar
las manos ante el mezquino delincuente coahuilense, Humberto Moreira.
Avergonzada, tuvo que tragarse todo su coraje, y
declarar cerrado el caso --sobreseído para todo efecto de aplicación de la
justicia-- contra los actos de lavado de dinero y delincuencia organizada,
además de su vinculación con el Cartel de los Zetas al inmune ex gobernador,
que hizo de las suyas desde una residencia universitaria.
No obstante que su principal cómplice había sido
encarcelado en España apenas hace unos días por los mismos actos criminales,
Moreira, gracias a la influencia extracontinental del narco mexicano, fue
absuelto de toda culpa. Fue dejado más blanco que la paloma de la paz.
Con enorme vergüenza judicial y jurídica, la
portentosa e incorruptible Sala Penal de la Audiencia, tuvo que declarar en
autos y públicamente que: "la justicia española no es competente para
investigar 'posibles delitos' cometidos en México y los Estados Unidos".
Cuando todo mundo, dentro y fuera de los foros de
togados, sabe que los ilícitos que se atribuyen a Humberto Moreira, ¡fueron
cometidos dentro de España, frente a sus propias narices!
¿Será que ni nosotros nos hemos dado cuenta de lo
que hemos creado? ¿O estamos confundidos sobre lo que es una empresa de talla
mundial?
¿Usted qué cree?
Índice Flamígero:
El Manual del Uso de la Fuerza, de aplicación común a las tres Fuerzas Armadas
firmado el 22 de mayo de 2014 por el general Salvador Cienfuegos Zepeda y por
el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz establece en el apartado
correspondiente: “Fuerza letal: consiste en la utilización de medios letales
(armas de fuego, contundentes e improvisadas) para proteger la vida propia, de
terceros o se vaya a cometer un delito particularmente grave; lo cual puede
acontecer, cuando los agresores o transgresores amenacen al personal de las
fuerzas armadas o a terceras personas, con arma de fuego, explosivos, vehículo,
embarcación o aeronave en que se transporta u otro objeto que ponga en peligro
la vida. En el uso de la fuerza, se privilegiará la disuasión o persuasión
sobre cualquier otro nivel, salvo que debido a las circunstancias de la
situación particular que se viva, se pongan en riesgo la vida o la integridad
física de terceros o del personal, en cuyo caso, estos últimos podrán
implementar directamente el nivel de uso de la fuerza que sea necesario, en los
términos de las directivas y de este manual. No debe perderse de vista que las
situaciones que requieren el empleo de la fuerza son dinámicas, que pueden
pasar de un tipo de agresión a otro y por ello, el personal que está dentro de
la misma debe tomar decisiones correctas aplicando los principios de
oportunidad, proporcionalidad, racionalidad y legalidad.” Parole, parole, parole…