martes, 10 de mayo de 2016

LA ESQUINA DE XIPE.- Eduardo Añorve


La CRAC-PC de San Luis Acatlán: caso Bautista Aguilar. La credibilidad en riesgo de nuevo

La CRAC-PC (Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria) de San Luis Acatlán, con sede en la ‘casa de justicia’ de El Tamarindo, recién salió de una crisis que involucraba a coordinadores y comandantes con una serie de hechos irregulares e ilegales, que iban desde el maltrato a los detenidos hasta la protección o desprotección de los mismos, de acuerdo a arreglos que incluían cobro de dinero, pasando por acoso sexual de mujeres emparentadas con detenidos, entre otros. La comisión especial que se formó para investigar una larga serie de denuncias encontró que varios coordinadores y comandantes eran culpables de estos hechos, lo que devino en renovar estos cargos de dirección, aunque también apresaron y expulsaron a miembros fundadores de esa organización que cuestionaban duramente esta situación crítica, sobre todo porque sus resultados se dieron a conocer coincidentemente con el estallido de un caso en el que se maltrató en exceso a un detenido acusado de violación, al grado que tuvo que ser llevado a Acapulco a ser atendido médicamente, pues se le agravó un problema de una hernia. Al final, hasta se liberó a este profesor acusado de violación para evitar que la situación fuera más embarazosa.

Al parecer, la desacreditada etapa en que Abad García García tenía el control de este sistema de justicia terminó. En cierto sentido, la CRAC-PC se renovó, pero ahora enfrenta de nuevo una situación crítica que podría derivar también en descrédito cuando menos. Se trata de la detención de un ciudadano de Arcelia del Progreso, municipio de Azoyú, César Bautista Aguilar, quien fuera detenido el 27 de marzo en la comunidad de Zoyatlán, municipio de Marquelia, a donde fue llevado con engaños por un compadre suyo para que pudiese ser detenido por la policía comunitaria de su pueblo, adscrita al sistema de justicia de la CRAC-PC de San Luis Acatlán. Posterior e inmediatamente, César Bautista fue puesto ‘a resguardo’ en las celdas de la casa de justicia de El Tamarindo. Desde esa fecha, aseguran sus familiares, no se les ha permitido verlo y él permanece estando incomunicado, siendo maltratado y amenazado, sin que nadie les notifique cuál o cuáles son los delitos por los cuales está preso. Lo que conocen de su situación es a través de terceros, pero ni las autoridades de su pueblo que ordenaron su aprehensión ni las comunitarias que lo ‘resguardan’ han definido su condición, digamos, jurídica. Las autoridades de la CRAC-PC sólo dicen que fue el pueblo de Arcelia del Progreso quien pidió que lo mantengan preso y que ellos sólo hacen cumplen con esa orden, y nada más, pretendiendo librarse así de cuestionamientos que les resultan incómodos.
Los familiares de César Bautista aseguran que detrás de esta ‘injusticia’ están el comisario municipal y el presidente del comisariado ejidal de Arcelia del Progreso y un coordinador de la CRAC-PC originario de esta comunidad, quienes pretenden despojarlo de un terreno donde se encuentra el manantial que surte de agua al pueblo a través de una supuesta donación o cesión de derechos, como hicieron recientemente con un ciudadano de Horcasitas, municipio de San Luis Acatlán, quien tuvo que acceder a ‘donar’ parte de su terreno para ser liberado. César no robó ni mató, dicen, como para que esté detenido e incomunicado por la CRAC-PC; tampoco se ha negado a que la gente utilice el agua de su terreno, aseguran. Y califican como un secuestro este hecho; además, dicen, viola todas las reglas de la CRAC-PC, quien aparece así como una institución que se utiliza para robarle los bienes a los ciudadanos que dice proteger. Su esposa interpuso una denuncia en la Fiscalía regional, por el delito de privación ilegal de la libertad, señalando como principales autores de este delito al presidente del comisariado ejidal de Arcelia del Progreso, Aristeo Zurita Bautista, y al comisario de la comunidad, Crisanto Justo Abundis. Y no sólo a ellos, también involucran a Hipólito Mosso, actual coordinador de la CRAC-PC y originario de Arcelia del Progreso, a quien acusan de utilizar a esta organización para actuar arbitrariamente en el pueblo, convirtiéndose en juez y parte en este conflicto, por ejemplo, y lo menos que piden es que este coordinador sea depuesto del cargo para que las cosas comiencen a aclararse.
El 10 de abril pasado, un juez le concedió un amparo a César Bautista Aguilar por esta situación. Sin embargo, cuando autoridades judiciales se apersonaron en la casa de justicia de El Tamarindo para dar curso a la resolución que ordenaba su excarcelación, los coordinadores presentes negaron su liberación y dijeron que su situación tendría que ser definida por una reunión de coordinadores.
Por su parte, el 4 de mayo, las autoridades de Arcelia del Progreso, en conferencia de prensa dada en San Luis Acatlán, han asegurado que todo ello es falso, que no pretenden despojarlo del terreno, y también han desmentido que el 7 de abril la policía comunitaria local haya intentado detenerlo, colocando troncos en la carretera y hasta disparándole a la camioneta donde viajaba: los disparos fueron al aire, aseguran. También acusaron a sus familiares de mentir. Sin embargo, una hija de este detenido asegura que antes de la conferencia de prensa, en la casa de justicia de El Tamarindo, iba a tenerse un careo entre su madre, Erma Zúñiga, y las autoridades de su pueblo en relación al caso, y que ella acudió en su lugar, porque su madre estaba enferma. Allí, dice, fue insultada y acusada de difundir mentiras en los medios de comunicación y la amenazaron de que si seguía haciéndolo la iban a acusar ante la CRAC-PC para que respondiera por ello. Esta reunión, le dijeron, no era para tratar la situación de su padre, sino “los chismes” que ellos, los familiares, andan difundiendo. Posteriormente, el comisario municipal, Crisanto Justo, declaró en la prensa que todo era un malentendido, que en realidad no estaban queriendo despojarlo de su terreno y que si mandaron a apresarlo fue porque él no había hecho caso a los citatorios que le habían estado enviando para tratar el asunto del manantial, hecho que molestó al pueblo de Arcelia del Progreso, quien pidió su aprehensión. Incluso, dijo que estaban trabajando porque César Bautista fuera liberado, pero que su familia no quería cooperar con ello. También descalificó todo lo declarado por estos familiares y los calificó de mentirosos.
Por su parte, los coordinadores de la CRAC-PC se han negado sistemáticamente a informar o a dar declaraciones o a responder cualquier cuestionamiento sobre el caso; a lo sumo se han limitado a asegurar que él permanece ‘custodiado’ por orden del pueblo de Arcelia del Progreso. Y esta explicación resulta insuficiente no sólo para el detenido y sus familiares sino para la propia sociedad, pues no responde la pregunta central en este caso: ¿por qué lo mantienen detenido, sin acusación, sin un proceso, sin elementos sólidos que lo justifiquen? Ya lo dijeron los denunciantes: esta actuación viola la propia reglamentación de la CRAC-PC, y más si resulta cierto que uno de los coordinadores, Hipólito Mosso, está detrás del conflicto, promoviendo el despojo de ese terreno y cometiendo injusticias contra el detenido. Más allá de si la razón asistiera a las autoridades de Arcelia del Progreso, y de los habitantes que las apoyan, la actuación de la CRAC-PC en el caso es cuestionable y debe responder por ella, a riesgo de deteriorar aún más la escasa credibilidad que heredaron de sus antecesores, la misma que pareció renovarse con el cambio de dirección, pero que ahora parece ir hacia el descrédito. Pero parece que no lo van a hacer: ni van a deponer a Hipólito Mosso ni van a explicar los móviles de su actuación. No, tal vez hasta que el hilo se rompa.