
Del otro lado del puente se les llenó la memoria, pero de la tarjeta de la cámara, pues ya no se tomaron las fotos allí para lucirse, donde está tirado un montón de escombro para medio tapar los huecos que llevan años mordiendo la carretera. De seguro no tienen ni para el diesel, pero sí para una mansión en Gueguetán (dicen los que dicen).
Por cierto, y qué mentirosos son: meses antes, unos empresarios locales ya habían hecho ese trabajo de reparar provisionalmente este puente, pero no se tomaron la foto, como los funcionarios parásitos. Y ahora nomás le echaron dos o tres carretillas de tierra para taparle el ojo al Vampirito... digo, al macho. Fotografías: Eduardo Añorve.