•Aseguran que ya operan en 70 pueblos y que tienen por lo menos 800 integrantes
SNI | Chilpancingo, Gro.
09 de mayo de 2016
A un año de distancia, el grupo de civiles armados que durante cinco días ocupó la ciudad de Chilapa ha extendido su influencia hacia 70 pueblos de los municipios de Zitlala y Ahuocotzingo, su principal dirigente, José Apolonio Villanueva sostiene que ya son más de 800 y rechaza que pertenezcan al crimen organizado.
En la última semana, Apolonio Villanueva, comisario de Xiloxuchicán -comunidad perteneciente a la zona sur de Chilapa-, estuvo a la cabeza de dos despliegues de al menos 300 civiles armados; el miércoles 4 de mayo se plantaron durante 18 horas en la entrada de Zitlala y el viernes 6 intentaron llegar hasta Tlaltempanampa, con la intención de rescatar a la esposa de uno de sus compañeros.
Dichos movimientos generaron alerta en el Ejercito Mexicano y la Policía Federal (PF), el gobernador Héctor Astudillo Flores sostuvo que no se trata de policías comunitarios “comunes” y que hay en dicha organización cuestiones que se deben investigar a fondo.
No habló sobre la existencia de un grupo delictivo, pero si manifestó que se trata de una situación “muy delicada”, que mientras se investiga: “no debemos permitir que se metan a las cabeceras municipales”.
Son los mismos que ocuparon Chilapa
José Apolonio Villanueva, comisario de Xiloxuchicán, es hasta el momento el dirigente más visible que tienen los civiles armados que mayoritariamente pertenecen a las comunidades de la zona sur de Chilapa, las que se ubican sobre la ruta que conduce hacia el vecino municipio de Quechultenango.
El reconoce que son los mismos hombres que del 9 al 14 de mayo tomaron bajo su control los accesos a Chilapa, así como realizaron operativos en sus barrios tradicionales y colonias bajo el argumento de encontrar y detener a Zenén Nava, líder en la zona del grupo delictivo conocido como “Los Rojos”.
Hasta ese 9 de mayo, indicó que se trataba de un movimiento emergente, motivado por la desesperación que les provocaba tener una relación de por lo menos 30 personas desaparecidas en la cabecera municipal, de la que hasta el momento no tienen información confiable.
Cuando se retiraron, el 14 de mayo, dijo que comenzó un proceso de organización que derivó en la integración de lo que ahora denominan como Policía Comunitaria por la Paz y la Justicia (PCP y J).
Al año del desplazamiento más importante, sostiene que ahora ya están instalados en más de 70 pueblos de otros dos municipios, Zitlala y Ahuocotzingo, por lo que son más de 800 integrantes que se han nombrado en asambleas comunitarias, mismos que aseguró, están debidamente credencializados.
De acuerdo con la asociación civil “Siempre vivos”, que representa el profesor José Díaz Navarro, este grupo de civiles armados, ahora denominados como Policías Comunitarios por al Paz y la Justicia (PCPyJ) son los responsables de 60 desapariciones debidamente denunciadas ante el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC), aunque sostiene que hay por lo menos otros 40 casos no reportados por miedo.
La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), con presencia en Hueycantenango se desmarcó de cualquier relación con el grupo de Apolonio Villanueva y sostuvo que tienen más las características de una organización delictiva.
No somos narcos
Derivado del deslinde de la CRAC y de los comentarios emitidos por el gobernador Héctor Astudillo Flores, el comisario Apolonio Villanueva consideró importante hacer la precisión correspondiente.
“Lamentablemente los compañeros de la CRAC dicen que somos narco comunitarios pero eso no es positivo, si la Procuraduría General de la Republica (PGR) hiciera una investigación de los dos grupos, pues quien sabe quien sería más narco comunitario”.
Continuó: “Nosotros no tenemos relación con nadie, nosotros solamente nos ponemos a defender a nuestros pueblos de la delincuencia; de los secuestradores y procuramos que nuestras comunidades estén seguras”.
Adelantó que van a buscar la comunicación con el gobernador, entre otras cosas para explicar la forma en que surgió la organización de los pueblos de la zona sur de Chilapa, dicho encuentro se podría buscar en un término de diez días.
