Misael DamiánOmetepec, Gro.
5 de junio de 2016
En el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Ometepec hay actualmente 120 internos, 196 hombres y 4 mujeres, y la mayoría está recluida por los delitos como robo y homicidio; de este total, sólo 62 han recibido su sentencia, informó el director del penal, Armando Gama Martínez.
El viernes 3 de junio por la mañana, un grupo de amuzgos católicos de las comunidades de Guadalupe Victoria, del municipio de Xochistlahuaca, y de Cochoapa, Ometepec, llegaron cargados con frutas, agua y comida para regalar a los presos como un acto humanitario, según aseguraron.
Eran a las diez y media de la mañana cuando llegó el primer grupo del municipio amuzgo, el cual colocó sus trastes en la entrada de la cárcel, mientras uno de ellos hablaba con uno de los custodios para que éste le avisara al director y así poder ingresar para entregar lo que traían.
Luego de media hora recibieron respuesta positiva; minutos después arribó otra comisión de católicos de la comunidad vecina de Cochoapa, que también llevaba consigo más comida para los infortunados recluidos.
Este reportero se acercó a tomar fotografías de estos hechos, pero ello molestó a uno de los custodios, el cual, de manera prepotente, se aproximó a reclamar, pero a lo último accedió e, incluso, se pudo entrevistar al director del Centro, Armando Gama Martínez, pero sin cámara ni grabadora.
En la pequeña entrevista, el funcionario dio a conocer que son 120 internos, que de estos 51 son indígenas amuzgos y mixtecos y que hay mucha disciplina en el interior; que las visitas se dan los sábados y domingos de 9 de la mañana a 2 de la tarde.
Sobre los programas de ayuda para excarcelar o liberar un preso, dijo que participan 5 y se da cada tres meses; de lo que va en el tiempo que él se encuentra fungiendo como director han obtenido su libertad entre 7 7 8, que esto se dio en el año pasado.
Informó también que la mayoría de los presos están por los delitos de robo y homicidio.
En el interior, los presos aprenden carpintería y alguna manualidades, como la de la chaquira, elaboración de tapetes, entre otras.
Por su parte, los católicos dijeron que tienen familiares en el interior, pero que el refrigerio que llevan es para todos, que este acto de bondad lo hacen cada vez que el pueblo católico de su comunidad toma la iniciativa junto, con el sacerdote o párroco, para llevar víveres o bocadillo a la cárcel.
“Lo hacemos con mucho gusto, pues ellos no pueden salir”, expuso uno de Guadalupe Victoria, en su lengua materna.
El Cereso se encuentra junto al edificio del Ayuntamiento y en su entrada ha habido incidentes que ha puesto en peligro la integridad física de los habitantes y vecinos de las comunidades: hace unos meses, un grupo de hombres armados balaceó la entrada del penal.
También ha habido fugas de reos; y el incidente más reciente se dio en la actual administración, que dirige el presidente municipal Omar Estrada Bustos, cuando desconocidos asesinaron a un hombre cuando salía del Cereso.
El primer edil, cuando fue candidato se comprometió a construir nuevas instalaciones para el Cereso, en las afueras del núcleo poblacional, para evitar este tipo de incidentes peligrosos; sin embargo, hasta ahora no se ha concretado algo al respecto.
