miércoles, 20 de julio de 2016

Se violentan derechos de mujeres indígenas, y ni gobierno ni Derechos Humanos intervienen: Hermelinda Tiburcio

Jorge O. Vargas
Ometepec, Gro.
20 de julio de 2016


La integrante de la organización Kinal Antzetik Guerrero, A. C., Hermelinda Tiburcio Cayetano, que se ha distinguido por el combate a la mortandad materno-intantil, reconoció que se siguen violentando los derechos de las mujeres indígenas, sobre todo en los pueblos nasavi de la parte serrana de Tlacoachistlahuaca, de donde ella es originaria, y que el gobierno, de los tres niveles, ni la comisión de los Derechos Humanos intervienen por frenarla.
“Como asociación civil, lo que hacemos es difundir los derechos que existen, que las mujeres tenemos el derecho de decidir con quién casarnos, pero, bueno, en las comunidades mixtecas no sucede todavía, los padres son quienes deciden sobre las niñas. Tenemos videos grabados, testimonios de niñas que las han obligado a casar, pero, bueno, nadie de las autoridades pueden intervenir porque dicen ‘bueno, es costumbre’, pero lastima el sentimiento de la mujer y violenta un derecho que tenemos las mujeres indígenas”.
Tiburcio Cayetano aseguró que se encuentran promoviendo la salud reproductiva en pueblos nasavi y ñomndaa de municipios de Costa Chica como Tlacoachistlahuaca y  Ometepec, a donde están llevando a cabo la obra de teatro en español La historia se repite, con traductores en esas dos lenguas originarias.
Destacó que en esa obra tocan problemáticas que viven los pueblos indígenas, como, por ejemplo, cómo evitar el contagio de VIH Sida que provocan sobre todo los migrantes que regresaron de los Estados Unidos y de estados del norte del país.
La activista mixteca mencionó que no ha disminuido la mortandad materna y que la secretaria de Salud no tiene datos confiables sobre las muertes materno-infantil que se registran cada año en municipios como Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca, Ometepec, Ayutla de Los Libres y San Luis Acatlán, por nombrar algunos donde hay antecedentes de esta incidencia que aqueja todavía a Guerrero en pleno siglo 21.