El gran olfato
político de López Obrador
Guillermo Federico
Hegel es, sin duda, el mayor enciclopedista de la historia, un hombre cuyos
conocimientos abarcaban, así como suena, todas las especialidades del
pensamiento filosófico, técnico y humanista de su tiempo. Hegel, dueño de todas
esas prendas del saber, fue también el mejor biógrafo de Napoleón.
En la actualidad es
difícil calificar a alguien con el aserto anterior y, mucho más, encontrar
enciclopedistas. En parte, porque el avance de las tecnologías ha reducido el
poder del pensamiento individual; en gran medida, porque ya es muy difícil que
la gente acuda a la lectura de los textos originales para sostener sus
posiciones ideológicas. Los gobernantes de pacotilla usan demasiado el
teleprompter. Sólo se entretienen en sus "bisnes".
Hegel no. En sus
trabajos sobre la dialéctica de las ideas, primera piedra del materialismo
histórico marxista, la Fenomenología del
Espíritu, la Ciencia de la Lógica
y el famoso libro sobre Elementos de la
Filosofía del Derecho, destaca las dos cualidades que separaban al Gran
Corso de los demás hombres.
No eran su capacidad
estratégica, ni sus habilidades de mando y gobierno encaminadas a establecer un
Imperio europeo que dominó al mundo durante casi un siglo, hasta la
desaparición de la monarquía y el establecimiento de la República francesa, sino
dos cuestiones demasiado esenciales: la intuición y la lógica.
En resumen, el
talento natural. Lo inmanente a todos los seres humanos, pero que es muy
difícil dejar fluir por la cantidad de asesores, favoritos y paniaguados
ocurrentes que medran en las casas gubernamentales, cagando tinta e ideas
falaces, que sólo resultan rupestres ocurrencias. Los ejemplos a modo los
tenemos a la mano.
“Gobernantes” tipo
EPN, sólo en el desfalco al erario
En el panorama
mexicano del siglo XXI destacan por su desmedida influencia. Confinan a los
hombres de poder en un reducto de historietas y libros vaqueros que los llevan
a creer que Chespirito fue un gran
literato, Fox dixit, o que los intelectuales orgánicos son el non plus ultra de los historiadores y
analistas vivos.
Los “gobernantes”
tipo Peña Nieto queman incienso en los altares personales de los foristas
televisivos, mendaces y oportunistas; encargan la educación a iletrados
ramplones; depositan la hacienda pública en manos de ladrones rastacueros y
soberbios; dejan la política interior en diletantes y disléxicos, opuestos al
diálogo todos, cómplices de la cerrazón, el desfalco del erario y el oprobio.
El sistemita no
tiene hombres o mujeres, en el pináculo de su estructura, que aporten una sola
idea propia que beneficie a los demás. Todos, metidos en el saqueo, la
corrupción y el trastupije de los negocios personales, a costa de nuestros
impuestos. La opinión pública los juzga de antemano como una pandilla de
asaltadores.
Celebran lo
infame, porque ignoran la justicia social
Cuando fracasan en
sus tareas, cargan la culpa a los "enemigos de la atria" y los
involucran en obligaciones que deberían estar a cargo de servidores públicos,
como pasó con la Iniciativa 3 de 3, gracias a la cual todos los ciudadanos de a
pie tendríamos que demostrar públicamente que no robamos, chantajeamos o lucramos
con el gasto público. ¡Hágame usted el refabrón
cavor!
Cuando aprueban una
limitada medida para favorecer la liberación de los primodelincuentes, casi en
indigencia, que cometen robos de cincuenta pesos para poder comer y son
recluidos al lado de violentos y mafiosos. Pero lo celebran fastuosos a la
sombra de la noche, frente al Altar de la Patria, y diciendo "es el cambio
más importante en materia de justicia durante los últimos cien años", Peña
Nieto dixit (¡gulp!).
Resulta demasiado
claro entender su júbilo artificial, su celebración de lo infame, porque
ignoran toda la legislación sobre justicia social y defensa del patrimonio
nacional que se ejerció durante todas esas décadas: les conviene pasarlas por
alto. Ellos son los beneficiarios de la desmemoria nacional.
El problema del
sistemita es de credibilidad; nadie confía
Con el Sistema Penal
de Justicia Acusatorio —ni a un correcto nombre le atinan—se trata sólo de
trasladar al procedimiento oral pequeños juicios que estaban sometidos a los
procedimientos escritos medievales de las fojas de barandilla. Pero hasta ahí.
Los multimillonarios sobornos a los MP’s, los nuevos “mediadores” –en realidad
“coyotes” de los anteriores--, jueces, magistrados y hasta ministros de la
Corte seguirán campeando, a pesar de todo.
En las altas y
medianas esferas de la impartición y de la procuración de justicia, todo
seguirá igual. Pesará siempre más la presión y los intereses de la cadena “Soriana”
--que ayudó a la campaña de Peña Nieto y hasta hay quien afirme que el
autollamado Presidente tiene grandes acciones en ese gran abarrote—que los
gritos de indigentes e indígenas que caen en las garras de Ministerios Públicos
y jueces patéticos y corruptos.
El problema del
sistemita es de credibilidad. Nadie confía en sus acciones supuestamente
filantrópicas o pías. Porque detrás de sus publicitadas buenas intenciones,
siempre hay un desaguisado de corrupción. Que todo cambie, para que todo siga
igual. Se trata de distraer para $ustraer, en beneficio de los mandamases.
AMLO aprovecha los
vacíos y los abusos del poder
En las Cámaras se
cierra un nefando capítulo, junto con su período extraordinario, una pieza para
el Museo de lo Chusco. Reversa en todo lo central. Rasuradas las leyes
anticorrupción, las coordinaciones para su combate, la lucha contra los narcos,
los matrimonios gay, los gramajes de posesión de mariguana, y un largo
etcétera. Sólo queda la represión y la amenaza contra los que alzaron la voz,
empresarios y eclesiásticos.
Lo que han pasado
por alto, es que hay quien aprovecha estos vacíos y abusos de poder, desde el
silencio, oportunidad que le ofrece su solitario olfato político, en medio del
jolgorio abyecto: Andrés Manuel López Obrador, no ha dicho esta boca es mía
ante tamaños exabruptos. El dueño de Morena es sigiloso y certero. Se beneficia
de todos los dislates. Capitaliza los errores, a veces hasta sin mover un dedo.
Redacta a diario la Agenda Pública de los Ofendidos.
No se peleó con
iglesias ni empresarios, gays ni narcos
AMLO es, quiérase o
no, el único dirigente partidista que no ha roto lanzas ni contra los reclamos
de los Obispos de todos los credos --quizá por su militancia evangélica y
cristiana-- no obstante su oposición como gobernante de la Ciudad de México a
los matrimonios igualitarios.
Ni contra los
empresarios, por su durísima posición contra los engaños legislativos y
presidenciales del nonato Sistema Nacional Anticorrupción, ni en favor de su
defensa para excluirlos de las obligaciones enjaretadas por la nueva Ley 3 de
3, que los emparenta con los fruncionarios
sometidos a las declaraciones, ésos sí, por manejar recursos fiscales.
Ni en favor del
mayor gramaje en la posesión de mariguana, que el narcotráfico percibió,
sensiblemente, como una escalada dirigida a la legalización de todo tipo de
drogas, lo que acabaría con sus imperios e influencia política en materia
electoral, una espada de Damocles que se cierne sobre todo el sistema de
franquicias electorales vigentes.
Propone revisar
Reforma “Educativa”; no discute con Trump
Ni en defensa, todo
lo contrario, del garrote fallido de El Niño
ñoño Nuño en contra de quien se oponga a una reforma educativa, que es sólo una
concentración de nóminas magisteriales para gozar de los intereses que
"suda", depositada en los bancos escogidos, desde Chuayfett hasta
nuestros días.
Ni sobre el
laberinto en que está metido, pues fue tal la confusión administrativa generada
en el proceso voraz de concentración de nóminas de cientos de miles de millones
de pesos, que ahora no pueden identificar a los maestros notificados, menos
suspender a los faltistas al pizarrón, ¡simplemente porque no saben quiénes
son!
Antes, al contrario,
acaba de proponer que la (mal) llamada Reforma Educativa no se derogue, pero sí
se revise.
Ni sobre el camino
exitoso --y el peligro que encarna, según la tolucopachucracia-- de Donald
Trump rumbo a la presidencia de Estados Unidos, porque quizá sepa que allá
mandan los dueños de las grandes transnacionales, no el que se sienta en la
Oficina Oval que mira al Potomac. El olfato político se lo indica. El éxito de
"los frijoles con gorgojo" y lo que "no tiene ni Obama", es
reflejo de su sagacidad y del pulso que tiene sobre los sentimientos
nacionales.
¿Peligro para
México? Lo fue Calderón; lo es Peña Nieto
AMLO sabe que al
enemigo se le vence utilizando el impulso de la fuerza de ataque que utiliza.
Sólo falta que el voto anti sistémico se extienda hacia parajes norteños donde
no ha podido penetrar a plenitud. Y, desde luego, la aquiescencia de los
patrones gabachos y de los grupos de interés y de presión de la
tolucopachucracia. Lo que se ve más tierno que un chayote en Saturno.
Su olfato político
es repudiado por los poderosos. Sigue siendo, según ellos, un peligro para
México, a pesar de la urgencia del país de los miserables por cambiar de
ambiente, por defenestrar a fallidos, ignorantes y codiciosos.
¿Peligro para
México? Lo fue Calderón, con sus decenas de miles de muertos, desaparecidos y
desplazados. Lo es más Peña Nieto, con las "estructurales" que nos
robaron la Patria y los atracos de toda la tolucopachucracia que minan la viabilidad
del país.
¿No cree usted?
Índice Flamígero:
Grandes muestras de repudio ha recibido Margarita Zavala de Calderón, tras
conocerse que, en un evento social celebrado en Monterrey, arremetió contra Andrés Manuel López Obrador y sus
seguidores. Ahí le preguntaron si no se sentía preocupada por las encuestas que
afirman que AMLO lleva las preferencias ante millones de posibles votantes. “La
verdad no es preocupación para nuestra agenda –habría dicho-- el apoyo que
pueda tener el señor Obrador. En el PAN nos preocupamos por votos de calidad.
Obrador tiene empuje entre gente pobre y sin estudios, y nosotros no
representamos eso”. ¿Elitista? Más que eso. Seguro en la cabecita de la señora
de Calderón debe papalotear la idea de que –“en el remoto e improbable caso”, como
dicen en los aviones— de llegar a la Presidencia, sólo “gobernará” a pirrurris mochos que han hecho su lanita
a base de “moches”, ¿o no? + + + Parafraseando al pastor alemán antinazi Martin
Niemöller, don Rubén Mújica Vélez envía una colaboración titulada “¿Neoliberalismo? Sí, pero con verdugos
desnacionalizados: Agredieron y despidieron a miles de maestros y como no
soy maestro, guarde silencio. Agredieron y despidieron a miles de petroleros y
como no soy petrolero, guarde silencio. Agredieron y despidieron a miles de
doctores y como no soy doctor, guarde silencio. Agredieron y masacraron a miles
de campesinos y como no soy campesino, guarde silencio. Agredieron y masacraron
a miles de indígenas y como no soy indígena, guarde silencio. Asesinaron a
miles de mujeres y como no lo soy, guarde silencio. Agredieron y corrieron a
miles de electricistas y como no lo soy, guarde silencio. Empobrecieron a miles
de pequeños comerciantes y como no lo soy guarde silencio. Despidieron a
cientos de burócratas y como ya no lo soy, guarde silencio. Despilfarran miles
de millones que dicen son "del gobierno" y como pienso que no me
afecta, he guardado silencio. Los político / burócratas arrasan con el erario
público, pero como creo que no me perjudica he callado. Ahora vienen por
nosotros, los pensionados, jubilados, los que estamos inermes ante la carestía,
las enfermedades, la privatización del ISSSTE / IMSS y angustiado, pregunto
¿quién o quiénes protestarán a favor de nosotros?” + + + El Poeta del Nopal no
nos deja ayunos de su celebrada colaboración y envía “INE-landia”, que dice: “Al
confundir en esencia / lo funcional con el lujo / promueven, ya sin tapujos, / una
nueva residencia; / demuestra, tal exigencia, / que no tienen llenadera, / democracia
bananera / con elegante disfraz / pero tan ineficaz / ¡como el pito de Mancera!”