18 de Julio de 2016
El $ecuestro de Liberté,
Égalité y Fraternité
Mijaíl Bakunin,
quizá el más célebre de los anarquistas rusos, nació 25 años después de la toma
de La Bastilla. Escribió sus mejores obras a la distancia más prudente, como
recomendaba José Fouche analizar los acontecimientos cruciales. Sólo así, decía
el famoso policía y fisgón francés, podían verse de cerca con certeza.
Concluyó Bakunin
que el pueblo sólo tenía tres caminos para liberarse de su triste suerte: los
dos primeros son los de la taberna y la iglesia. El tercero es el de la
revolución social. Total, que en un poder absoluto hasta a un burro le resulta
fácil gobernar, José Donoso dixit.
A 227 años del
estallido de la Revolución francesa, que hoy poca gente recuerda, excepto por
el atentado terrorista en Niza, o cuando los "próceres" de turno
sustentan, en violentos discursos, ideas más conservadoras que las que creen
ensalzar, tal parece que las revoluciones son como los terremotos nocturnos,
que sólo sienten los que no duermen, los que siguen sufriendo el deterioro
mayúsculo de las condiciones materiales de existencia.
El mundo, insomne:
"ve el temblor social y no se hinca"
En efecto, el
histórico acontecimiento, nacido para instaurar una nueva idea de la humanidad,
el renacimiento político del hombre, la decapitación de los monarcas
despóticos, para abrir la brecha de la defensa de los derechos humanos del
hombre y del ciudadano, para otorgar el poder a la soberanía del pueblo, ha
desembocado, prácticamente, en una enorme inanición ideológica, en las
pantomimas del poder.
Aunque sea
absolutamente cierto que casi todas las luchas sociales modernas se han
inspirado en la ideología alemana --la que decapito a Dios-- y en la Revolución
Francesa --que le cortó la cabeza al Rey--, el mundo sigue insomne, sintiendo
las sacudidas telúricas de un gran movimiento liberador.
El hambre corona la
ideología, el pensamiento y las predicciones sobre el futuro. Y bien lo decía
Georges Orwell en La rebelión en la
granja: "nadie puede exigirle educación ni buenos modales, al que no
trae un penique en el bolsillo".
El planeta está
repleto de gobernantes gandayas
Se ha entronizado
un poder más peligroso y antitético que el que sostenían los poderosos
absolutos del siglo XVIII: "el poder de los que mandan, pero no
gobiernan", como decía el gran pensador del Ferrol español, Gonzalo
Torrente Ballester, aclamado por todos los premios de las letras hispanohablantes,
quien no se andaba con medias tintas.
El gran movimiento
liberador, la Revolución Francesa, está ausente del pensamiento y la acción que
animan las estructuras gubernamentales del mundo moderno. Muy por encima de sus
principios, están los oscuros intereses de los dueños del dinero.
El planeta está
repleto de gobernantes gandayas de pacotilla, impuestos en su gran mayoría por
los absolutos poderes financieros, los verdaderos titiriteros de un espectáculo
propio de Guiñol. Obama, Trump, Hillary, Theresa May, los payasos dictadores
asiáticos, africanos, latinoamericanos, y los que usted seguramente agregará,
siempre ofrecen "estar a la altura de los desafíos", y siempre
decepcionan.
El poder ya no
abdica, sólo lo sustituyen
El mundo está bajo
el control de la mayor tiranía económica que ha conocido en su largo trayecto:
la que se dicta desde las oficinas que, como la famosa cumbia, "no tienen
alma, ni tienen corazón". Las computadoras de los centros bursátiles,
manejadas por empleados de mentecatos y traidores, dirigen el saqueo, el destino
de las fortunas, y el avasallamiento total. El poder ya no abdica, sólo lo
sustituyen.
Hoy, las tres
cuartas partes de la población del orbe viven en la miseria y el hambre. La
otra cuarta parte detenta el poder y la riqueza. El problema de las relaciones
entre política y moral está dirimido, no por las directrices de los gobernantes
formales, sino por la corrupción política dominante.
La batalla sigue
siendo lograr que las normas recuperen la jerarquía perdida en esos laberintos;
que si durante largos períodos se han convertido en mediatizadoras sociales, en
protectoras del inmovilismo, reasuman su investidura. Que ofrezcan una
alternativa válida a las prácticas neoliberales y globalizantes.
No tiene caso
celebrar la Revolución Francesa
Que se conviertan en
puntas de lanza de las aspiraciones comunitarias, que transiten de simples
reguladoras de la realidad estática, como el búho de Minerva, al que hacía
alusión el enciclopedista Hegel: que extendía sus alas sobre lo establecido,
para construir los cimientos de nuevas conductas, dinámicas y progresistas.
Sin esa condición,
ya no tiene caso celebrar con rimbombancia, y no poca hipocresía, el triunfo de
los principios de la Revolución Francesa, icónica, desde cualquier ángulo que
se le juzgue, a pesar de haber desembocado en el terror.
Debe buscarse que la
añeja relación existente entre la política y la moral, desde la polis griega, trascienda a la arena
civil, admitiendo los juicios cualitativos sobre ambas, para que no haya moral
sin política, y para que el fin --cualquiera que éste sea-- no justifique los
medios.
Política sin moral
degenera en dictaduras
La consigna fascista
"sálvense los principios, aunque se hunda el mundo" es el caldo de
cultivo del sectarismo y el fanatismo político. Así como la política sin moral
degeneró en dictaduras (dijeron que del proletariado), también secuestró a los
íconos marxistas para usurparlos, y después negarlos, con la "política
realista", en manos de nazis disfrazados de civiles.
Sé que es absurdo
hasta proponerlo, pero no debemos perder el derecho y la obligación siquiera de
recordarlo: los gobiernos deben ceñirse estrictamente a lo que decidió el
pueblo levantado en armas. No a los designios de una pandilla de canallas que,
a base de concesiones, permisividades y prebendas, se han adueñado de todos los
futuros, de todos los principios, emblemas y esperanzas.
Y aunque suene y
parezca chabacana la comparación entre la Revolución Francesa, que apenas se
recordó, y el páramo de miseria y desesperación en la que vive el 99% de los
mexicanos, azotados por una tiranía despótica de mercachifles, es indispensable
mencionar nuestros desastres.
Aquí, todo es
demasiado sucio para ser mentira
En México, la
situación es desesperante: los ignorantes tolucos y pachuquitas, creen que
todavía se puede jugar al burro y la zanahoria. Según ellos, resuelven el
enorme entramado de la inexplicada reforma educativa, pactando sus condiciones
con el corrupto SNTE, de su misma estofa.
La PGR equivoca el
concepto mismo de la controversia constitucional: le exige a la infame Suprema Corta de Justicia que dirima un
fantasioso conflicto de poderes, cuando éste, en el caso de los blindajes
anticorrupción de los badulaques y apanicados gobernadores, simplemente no
existe. Es sólo un asunto de soberanías locales.
Por más corrupto e
ignorante que sea el proceder del "Alto Tribunal", éste jamás podrá
pronunciarse sobre el asunto, sencillamente porque no tiene facultades para
hacerlo. Hasta dónde puede llegar, si no quiere seguir atizando la pólvora de
la corrupción peñanietista, es a sobreseer, archivar la demanda de la ignorante
Arely y sus 200 abogados a pan y agua.
Clavillazo, el nuevo dirigente del ex partidazo, rodeado de los delfines atracomulcas, puesto sólo para servir de
alfombra en los pactos de la entrega del poder, se desgañita exigiendo
moralidad desde su usurpado cubil, cuando acaba de destrozar los cimientos de
la electricidad del pueblo y deja a la CFE con una deuda inexplicable de 90 mil
millones.
El objetivo es
entregar al costo que sea, siempre y cuando el que llegue les permita irse
limpios. Como lo hizo el borrachín Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, consorte
de la ambiciosa dama del rebozo mordido, cuando le entregó los bártulos al
impresentable Enrique Peña Nieto, el consorte de La Gaviota, entronizados por "El canal de las estrellas".
Demasiado sucio para
ser mentira, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: ¿Qué mejor pretexto pudo encontrar François Hollande para continuar y
hasta intensificar los bombardeos sobre la población civil en Siria, que los
sucesos de la noche del 14 de julio reciente en la Costa Azul? Gobernantes
gandayas, repito. + + + El torreonense don Miguel Ramírez comenta las
declaraciones rancheras de la señora de Calderón reproducidas aquí el viernes
anterior: "Nada más eso le faltaba a la dama del rebozo. No contenta con
llevar a cuestas ese lastre pesadísimo que es el apellido de aquél que es
cliente permanente del chupódromo
nacional y para el que todos los días son sabadrink,
ahora hace declaraciones con tufo elitista. Es probable que quienes la
promueven en base a encuestas irreales que ni el más ingenuo de los panistas
cree, traten de buscar a un candidato que no ocasione tanta desconfianza como
la que ya empieza a generar la susodicha dama." + + + Y don Alfredo
Álvarez Barrón muestra su desacuerdo con la anterior colaboración de este
escribidor, sobre El gran olfato político de López Obrador: “Con respecto a su
interesante artículo del día de ayer,
donde hace la apología de un hombre lleno de virtudes casi teologales,
permítame hacer el siguiente comentario: es innegable que el Sr. López Obrador
posee algunas cualidades que no tienen la mayoría de nuestros honorables
políticos, pero también es cierto que la prudencia no es una de ellas, pues
cuando todo parece indicar que el camino hacia el 2018 está totalmente
despejado, él se encarga de tirar por la borda su capital político con algún
acto o declaración estridente; porque viéndolo bien, ¿a quién le puede
interesar, con excepción de sus detractores, saber que el béisbol es una de sus
debilidades y que puede darse el lujo de acudir a un Juego de las Estrellas de
la MLB para fotografiarse con el Big Papi?.
Una foto así, no la tiene ni Obama. Saludos... y tan amigos como siempre.”
Enseguida, El Poeta del Nopal lanza
su pica en Flandes: “Un tipo con gran olfato, / iluminado Mesías, / que casi
todos los días / suelta feroz alegato; / impredecible en el trato, / amo del
teje y maneje, / discurso de un solo eje / que la prudencia descarta / (si
quema su última carta / después señor, no se queje).” Gracias, don Alfredo.
Pero creo que la intencionalidad política del viaje de AMLO fue para desmentir
versiones de que no puede ingresar a territorio estadounidense, a diferencia de
otros varios “políticos” que usted y yo conocemos. Abrazo.